La reducción del parque móvil de la provincia, por una parte, y el temor a ser multados, por otra, han reducido un 16,2% en dos años el número de sanciones de tráfico que han impuesto los diferentes cuerpos de Policía Local de la provincia. La Memoria 2013 de SUMA -el organismo de gestión tributaria de la Diputación de Alicante- ha evidenciado, de nuevo, una caída considerable en el número de infracciones. En 2011, con la coyuntura económica española en una situación especialmente delicada, los municipios alicantinos que tienen delegada en SUMA la recaudación de sus multas de tráfico impusieron un total de 142.906 sanciones. El pasado año, el de la recuperación para el PP y el del estancamiento para la oposición, esa cifra se redujo hasta las 119.669. En total, 23.237 menos. Aun así, se ponen 328 diarias.
Si se echa la vista más atrás, los datos revelan que las sanciones han caído a su nivel más bajo en una década. Hay que remontarse hasta 2005 para hallar un guarismo inferior al del pasado ejercicio. Por aquel entonces fueron 115.192 las sanciones impuestas. Eso sí, la comparativa puede inducir a error. Es cierto que se contabilizaron casi el mismo número de infracciones, pero en muchos menos municipios que ahora. En 1995, un total de 78 ayuntamientos alicantinos tenían delegada la recaudación de las sanciones de tráfico en el organismo tributario de la Diputación. Hoy, esa cifra asciende a 137. Es decir, se han registrado casi las mismas multas, pero ahora en la práctica totalidad de la provincia (la ciudad de Alicante no está incluida).
La propia Memoria de SUMA permite explicar el porqué de la caída. Un aspecto fundamental es la reducción del parque móvil. De acuerdo con los datos recabados por el organismo, el pasado año se dieron de alta 163.627 nuevos recibos del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), mientras que se registraron un total de 171.465 bajas. Es decir, a lo largo de 2013 dejaron de circular un total de 7.838 vehículos por las carreteras alicantinas. La delicada situación económica por la que atraviesan multitud de familias justifica ese descenso. «Es cierto que ahora circulan menos vehículos y muchas familias han decidido prescindir del segundo coche que tenían en casa debido a circunstancias económicas», sostiene el secretario provincial del Sindicato Profesional de Policías y Bomberos (SPPLB), José María Jiménez.
La segunda causa que explica la reducción en las multas es la precaución con la que circulan los conductores. «Mucha gente lo está pasando verdaderamente mal con esta crisis y lo que menos quiere es que le pongan una sanción de tráfico. Por eso hemos notado que se está circulando, en términos generales, con más cuidado que antes», apostilla.
Otras fuentes policiales, sin embargo, aseguran que el descenso obedece a la «pérdida de derechos laborales» de los agentes policiales. «Se han aplicado recortes considerables y ha habido compañeros que están cobrando hasta 200 euros menos. Y ¿qué han hecho? Pues devolverle la jugada al ayuntamiento de turno poniendo menos multas», afirman.
