la mayor parte de los expedientes abiertos por Aguas de Alicante por enganches ilegales se cursan en viviendas dentro del casco urbano, y un alto porcentaje de ellos se producen en los barrios más deprimidos. «Aquí la crisis sí ha tenido que ver en el incremento de los robos de agua, aunque la recesión no se puede achacar en los casos en los que la sustracción se efectúa en casas de campo y chalés, algunos de ellos de lujo, ubicados en las zonas con mayor poder adquisitivo de la ciudad», ha indicado Francisco Agulló, quien considera que «se intenta defraudar pero con la intención de pagar menos, no por necesidad».
La detección de este tipo de fraude ha activado las alarmas en la empresa concesionaria del servicio que está cada día más atenta a los cambios en los consumos de determinados clientes. «Si de pronto el consumo se reduce drásticamente y la familia sigue viviendo allí, es que algo pasa, y entonces se inspecciona», ha señalado el técnico. La concesionaria, en su lucha contra el fraude, dispone cada día de mayores recursos técnicos. Muchos de los robos se realizan por el sistema de las derivaciones de agua realizadas antes de que el líquido llegue al contador. «Es como un bypass que se coloca antes de que al agua llegue al contador para que éste no lea el consumo real», ha narrado Agulló. Ante estas prácticas la empresa utiliza microcámaras que introduce en las conducciones y que permiten detectar dónde se ha efectuado la derivación y pillar al infractor.
