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Gaviotas que dan miedo

Los turistas que visitan el Castillo se asustan con las aves que crían en las murallas y que se vuelven agresivas si se acercan demasiado a los polluelos

«Hay bastantes y peligrosas», dijo ayer un trabajador de mantenimiento del Castillo de Santa Bárbara en referencia a las numerosas gaviotas que están criando a sus polluelos entre las murallas del Castillo de Santa Bárbara. Los propios operarios han contabilizado al menos cinco nidos en la fortaleza, aunque la cifra se dispara al medio centenar con los que hay en las faldas del monte Benacantil, custodiados por aves adultas que también sobrevuelan el Castillo.

Las gaviotas de Santa Bárbara están acostumbradas a la presencia de humanos, que les dan comida, y no suelen atacar picoteando la cabeza de quienes se acercan demasiado a los nidos, al estilo de la película de Hitchcock, como sí ocurre en el Peñón de Ifach, en Calpe, donde están más «asalvajadas». Incluso se dejan fotografiar con sus crías a una distancia prudencial. «Son animales inteligentes y se suelen instalar en zonas apartadas pero a los turistas le llama la atención y se asoman para verlos». Y si el turista arriesga y se acerca demasiado reaccionan.

«Sacan su instinto porque ahora tienen a los polluelos y van a atacar solo si alguien quiere tocar a las crías. Pero antes chillan y avisan arrojándote encima una ráfaga de excrementos, como si te estuvieran ametrallando, porque a ellos también les da miedo la gente. Es normal que los turistas se asusten», explicó otro operario de los jardines de la fortaleza. Ni ellos ni un técnico de Cultura de supervisión ayer en el Castillo tienen conocimiento de ataques físicos con picotazos a los turistas aunque indicaron que el plan de riesgos de este Bien de Interés Cultural tiene prevista la instalación de señales avisando de la presencia de gaviotas peligrosas en caso de que se produzcan.

Sea como sea, hay quien solo con el amago de ataque tiene miedo. Como un británico que avisó a un grupo de rusos que visitaba la fortaleza cuando caminaban en dirección a una de las murallas donde hay nidos. «Si te acercas mucho, los pájaros atacan», les advirtió reiteradamente en inglés.

Los trabajadores del Castillo se encuentran con las gaviotas cuando llegan, antes de las siete de la mañana, ya que una de ellas ha anidado en las proximidades de la caseta de mantenimiento, «y sale y pasa a un metro de nuestras cabezas». Hay otro nido sobre el techo del recinto de los aseos, junto a la plaza principal, y en el Baluarte de la Reina, sobre la muralla y cerca de un merendero, por lo que son muchos los curiosos que se asoman a ver los tres polluelos que hay, aunque en otros nidos se han contabilizado entre 15 y 30. Criando estarán durante todo el verano.

El concejal de Sanidad de Alicante, Luis Barcala, afirma que no se ha detectado este año un incremento especial de la población de gaviotas del Castillo, de acuerdo al control que hizo la Conselleria de Medio Ambiente al límite del invierno y la primavera. Este departamento también interviene cuando se producen anidamientos anómalos en terrazas.

ESPECIE

De patas amarillas

La especie que anida en el Castillo de Santa Bárbara es la que tiene patas amarillas. Son las más comunes y se ven sobrevolando la zona todo el año así como la Playa de San Juan y otros puntos próximos a la costa.

VERTEDERO

Problemas con las aeronaves

Las gaviotas que anidan en el Castillo son las mismas que vuelan al vertedero, según Ecologistas en Acción, y en sus desplazamientos al Saladar en ocasiones provocan problemas con la navegación aérea en El Altet.

QUEJA

Ataques a pedradas

Los trabajadores del Castillo han tenido que llamar la atención en los últimos días a grupos de niños que estaban lanzando piedras a las gaviotas, que terminan abandonando el nido con sus polluelos y escondiéndose.

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