Se acabó aquello de que porque un conflicto entre alumnos se produzca fuera del centro escolar el profesorado se desentienda de las situaciones de acoso, violencia escolar, actos vandálicos, peleas, e incluso consumo y tráfico de drogas. La nueva normativa sobre convivencia que prepara la Conselleria de Educación, y cuyo borrador debatirá hoy con los representantes sindicales, obliga al profesorado a estar más vigilante en cualquier situación en la que un menor se sienta desprotegido.

Deberán, por tanto, «aumentar la vigilancia y la supervisión» también «en el entorno escolar» y «proximidades del centro», y comunicar las «situaciones de agresión, peleas o vandalismo a las fuerzas de seguridad del Estado», como contempla la «propuesta de orden« que actualiza los actuales planes de convivencia de los centros educativos.

Sospechas

En cualquier caso la nueva normativa reconoce a los padres como «primeros responsables de la educación de sus hijos» y expone que si no se implican cuando se produzcan casos reincidentes en los que estén implicados sus hijos, el centro escolar «lo comunicará a las instituciones competentes por motivo de desprotección» del menor.

El maltrato infantil, entendido tanto como abuso físico, sexual o emocional, como por negligencia deberá ser también vigilado de modo especial por el profesorado a partir de ahora, porque «el ámbito escolar ocupa una posición privilegiada en el proceso de protección del menor, detección y notificación», ya que es donde niños y adolescentes permanecen gran parte de su tiempo.

La sola sospecha de una situación de este tipo, al igual que si se trata de violencia de género: física, psicológica, económica o sexual, deberá desencadenar todo un protocolo que arranca con la notificación a la dirección del centro, la valoración del tema por los servicios psicopedagógicos o los orientadores, e incluso el traslado y acompañamiento del menor a los servicios sanitarios.

Para evitar el ciberacoso también se insta a una mayor vigilancia durante los recreos, el comedor, los baños y vestuarios, así como a la entrada y salida del centro, además de aconsejar al alumno-víctima que cambie sus contraseñas en la red y guarde cualquier prueba física que tenga, textos impresos, copias de sms, etcétera.

Los centros deberán remitir informes trimestrales al consejo escolar sobre los resultados de esta vigilancia y favorecer que los alumnos visualicen y denuncien con facilidad situaciones de acoso.

Otras instituciones

El contacto con el Ministerio Fiscal en los casos de gravedad, deberá ser inmediato, así como con otras instituciones: servicios sociales, centros de salud, hospitales, centros de acogida y demás entidades especializadas.

Educación dota así a los centros del carácter multidisciplinar que numerosas organizaciones solicitaban para erradicar situaciones de acoso entre los menores, para lo que los directores «podrán solicitar recursos extraordinarios complementarios» a Educación.

COMPORTAMIENTOS INADECUADOS

Alteraciones graves de conducta. La actualización del Plan de Convivencia Escolar incluye una relación de comportamientos inadecuados de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud:

Comportamiento antisocial.

Comportamientos oposicionistas desafiantes.

Trastorno de ansiedad.

Trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

Trastorno disocial en preadolescentes.

Trastorno explosivo intermitente.

Alteraciones del sueño.

Conductas de riesgo por sustancias tóxicas.

Alteraciones de la alimentación.