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Candidatas a Bellea del Foc

Bellezas singulares

Entre ellas hay una festera de 50 años y abuela, otra de 47 y soltera, una de 43 y madre de una candidata infantil, una ilicitana que adora la mantilla y una entrenadora de aves exóticas

Bellezas singulares

«Cuando me pongo el traje de alicantina, mi nieto me dice: "¡yaya, qué guapa estás!"». A María Teresa López, de 50 años, y candidata a Bellea del Foc por la hoguera Plaza Lo Morant en la gala del sábado, en la que participarán 77 aspirantes (22 horas en la Plaza de Toros), se le cae la baba al hablar del pequeño David, de 4 años, que ha salido tan festero como ella. «Mi hija, si se tiene que vestir, se viste pero no es tanto de esto. Pero el niño ha sacado la sangre mía, se pone el traje y se disfraza para todo lo que organiza la comisión, está apuntado en la hoguera infantil y en los desfiles se viene conmigo». Nunca pensó esta festera que, con medio siglo de edad, sería belleza de una hoguera y menos candidata a Bellea, pero el cambio normativo que introdujeron las Hogueras hace unos años hace posible un sueño que no pudo cumplir de joven. «Me crié en Virgen del Remedio y allí me vestía de la Fiesta. A los 17 años me casé. Estaba estudiando (es auxiliar de peluquería) y mi marido, inspector de Servicios Urbanos, encontró trabajo en Calpe. Nos trasladamos pero mantuvimos las amistades en Alicante, que viven en la zona de Lo Morant y están en la hoguera». Así que todos los años por San Juan se venían a las fiestas.

Hace tres años, la comisión la convenció para que se apuntara, y le propusieron ser belleza. «Me dieron la oportunidad y estaba entre que sí y que no, porque me veía mayor, pero me dijeron que no había límite de edad. Al final acepté porque lo de la pasarela (en la que se pusieron de largo) y la elección en la plaza de toros siempre me ha gustado. Ya quedan muy pocos actos para ponerme la mantilla, que para mí es lo más bonito». Hoy inician los ensayos de la gala.

Afirma María Teresa que lo está viviendo «a tope». «Con todas las chicas me llevo muy bien, aunque si dijera que no noto la diferencia de edad, mentiría. Pero voy a mi bola, a disfrutar», como le aconsejaron su marido e hijos, que la arropan en los actos principales. «A veces les digo que me da reparo, que con tantas jóvenes me veo un poco fuera de lugar, pero ellos me responden que no lo piense y que lo viva». Ella ve este año muchas chicas guapas, y así se lo dice al jurado, «no quisiera estar en su piel, porque hay mucha competencia y candidatas con posibilidades. Con la que salga me voy a identificar», explica la festera, a la que le gusta bromear con el presidente de la Federación de Hogueras, Manuel Jiménez, diciéndole que como no vaya a por ella a recogerla al escenario, como hará con la nueva Bellea, allí se quedará plantada.

La candidata de Lo Morant está compartiendo experiencia con su prima Cristina Asín, representante del distrito San Antón Alto, una auxiliar administrativo, de enfermería y geriatría que ahora limpia casas «porque el caso es trabajar». Kris, como la llaman, tiene 47 años, y es soltera, una situación ideal si es que la edad no importa, ya que tendría disponibilidad para los cargos del fuego. «Ni estoy casada ni tengo niños, sólo sobrinos a los que malcriar», bromea. Explica que la experiencia está siendo muy bonita. «Me llevo bien con todas, y me siento arropada en todo momento. Notamos la edad porque somos más mayores pero nuestras compañeras no nos han hecho sentir diferentes en ningún momento», asegura. Ella está en la Fiesta desde niña, fue dama tres años pero nunca belleza, «no me veía en el papel protagonista, prefería estar en un segundo plano». Fue el presidente de su comisión, Antonio Sansano, quien le propuso el cargo y su primera respuesta fue un rotundo no. «Me dijo que me lo pensara, lo comenté con mi familia y me animaron. Y no me arrepiento. Llevar la mantilla es algo especial, la Ofrenda es muy emotiva, la cremà, la plantà, todo es único».

«Ver a mi niña es un sueño hecho realidad pero ver a la madre todavía más», afirma David Adrover, padre de Elena, candidata a Bellea Infantil por la hoguera Obra Social del Hogar y esposo de Yolanda, candidata a Bellea del Foc por la misma comisión. La casa de esta familia estos días es una locura, llena de faldas y mantillas por todos lados, cuando aún no han guardado las vestas de la cofradía de El Morenet, con la que desfilaron en Semana Santa. «Tener a mi hija a mi lado en todo esto es lo más bonito, no me esperaba estas vivencias, porque casi todo lo hacemos juntas. Llegamos a casa, nos desvestimos las dos, nos ayudamos a quitarnos la mantilla...Somos un binomio», cuenta la madre, que está descubriendo cosas nuevas de su niña, «porque no me trata como su madre, sino como su belleza, es diferente. Siempre está pendiente de mí, si tengo la banda o el lazo mal puesto, es muy detallista. Tenemos tal complicidad que sólo tenemos que mirarnos».

Yolanda, de 43 años, no ve posibilidades de ser Bellea o Dama del Foc. Por la edad, porque trabaja en un centro de mayores, porque estudia un módulo de Atención a la Dependencia y porque es madre. «En edad no me puedo comparar con otras chicas pero el espíritu es el mismo». Su marido afirma que lo está viviendo con igual o incluso más intensidad, «en la recepción en el Castillo vi cómo lloraba», relata. Ella agradece la ayuda de la comisión, cómo la han arropado y enseñado, cómo la han ayudado con la indumentaria dado el desembolso que la familia tuvo que hacer para vestir de alicantina a la pequeña Elena. «Me encantaría salir del fuego, pero si no, no pasa nada», señala la niña, que tiene otro sueño: ser bióloga marina.

Carmen Pizana, candidata de Bulevar del Pla, nació en Elche hace 33 años, estudió en Alicante, se mudó a Inglaterra, se casó con un holandés y ahora vive en el término de Santa Pola. «Me considero muy del mundo, de todas partes, nunca he descartado nada», afirma esta festera, que trabaja en coaching. Sin embargo, ha vivido desde dentro más la Fiesta alicantina que la ilicitana, gracias a las amigas que conoció a los 19 años cuando se vino a estudiar a la Universidad. De hecho, Carmen ya fue belleza en 2003 por otra hoguera pero se marchó al extranjero sin presentarse a Bellea. «No he visto que una fiesta sea mejor que la otra, cada una tiene lo suyo, pero las Hogueras me han llamado siempre la atención. Vivo la Fiesta de Alicante con lo que tiene desde dentro y con la perspectiva de una persona que la ve desde fuera, es una visión muy completa».

Admite que en Elche despierta curiosidad su amor por las fiestas del fuego y por la mantilla de alicantina pero su familia y amigos lo viven con ella. «Cuando transmites que algo te hace feliz, ellos lo apoyan. Quizá no entienden la Fiesta como tal, pero sí el cambio que hay en mí, de felicidad e ilusión, porque lo que estoy viviendo me aporta muchísimo. Me siento muy alicantina y las Hogueras las sigo desde hace mucho. Ahora me veo más preparada que antes y salir del fuego sería un gran honor».

«Trabajo con guacamayos, cacatúas, tucanes, y siempre hay un favorito entre todos. Un aramacao que se llama Ana y un ararauna bautizado Elvis, como el cantante», explica Patricia Abad, candidata a Bellea por Carolinas Altas, que desde hace casi tres años se mueve entre los colores de las aves exóticas con las que trabaja en un parque de animales de Benidorm y los de su falda de novia alicantina. Entrenadora de aves exóticas, los animales le fascinan desde pequeña, y tiene dos cocker en casa. «Conocía los perros y los gatos por las prácticas en la carrera de Química pero a raíz del curso de aves exóticas vi que era algo totalmente diferente. Quise aprender más sobre ellas, aunque si me hubieran propuesto trabajar con leones marinos o delfines también habría dicho que sí». Hizo prácticas en el Safari de Elche y la destinaron al departamento de papagayos, «no sabía nada de ellos y allí me enseñaron. Es curioso, pero se aprende mucho de ellos, formas de reaccionar. Es muy divertido. Te sorprenden muchas veces».

Tras 17 años como foguerer, siempre en Carolinas Altas, Patricia también sueña con los cargos del fuego. «Me encantaría salir, y poder compaginarlo con mi trabajo, es complicado, aunque la empresa dice que no habría problema». Lo de las aves fascina a sus compañeras candidatas, «mi grupillo más cercano tiene muchas ganas de venir a verme, por ver cómo me manejo». Porque su vida transcurre entre Hogueras y guacamayos, «la Fiesta te desinhibe al mezclarte con tantas personas, te hace menos tímida. Lo mismo que el parque, donde cada día ves gente».

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