Las principales calles del centro de Alicante volvieron a quedar en la tarde de ayer regadas por la corriente verde en favor de la escuela pública. Docentes, padres y sindicatos mostraron a través de una manifestación, una vez más, su enérgico rechazo a los recortes en la enseñanza y a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), al considerar que agrava aún más las condiciones en las que se encuentra el sistema. La Generalitat tampoco se libró de estas críticas, al ser la que ha aplicado en la Comunidad las medidas de ajuste en las aulas, y por las «prisas» que, según los organizadores de la cita, han tenido para poner en marcha en el territorio autonómico la ley promovida por el ministro José Ignacio Wert.

La convocatoria de ayer, no obstante, no tuvo la afluencia de ocasiones anteriores, pese a sumarse a ella los principales sindicatos en el ámbito de la educación y gran parte de la comunidad docente, además de algunas plataformas comarcales en defensa de la enseñanza pública. La propia organización cifró los asistentes en 3.000, mientras que la Policía Local los redujo a sólo 500. Había, en cualquier caso, centenares de manifestantes, la mayoría de ellos con el verde como característica común. Este color era claramente mayoritario en camisetas, globos y pegatinas, con lemas como «Escuela pública para todos» y «Estimem l'escola pública», entre otros.

La pancarta de cabecera, la misma de otras veces, reclamaba «Front a les retallades i la LOMQE. Defensem l'escola pública i en valencià». Tras ella podía verse a representantes del STEPV, CC OO y UGT, además de colectivos como la Coordinadora de Professorat Interí, Escola Valenciana y el Frente Estudiantil Universitario, formado por alumnos de la Universidad de Alicante. También el sindicato CGT estuvo presente al final de la marcha, mientras que la representación política estuvo conformada por Compromís y, sobre todo, por EU, cuya diputada autonómica Esther López iba también detrás de la pancarta inicial.

Esta vez no hubo la profusión de pancartas y carteles de otras veces, aunque algunos grupos de manifestantes, como los profesores interinos, se mostraron igualmente combativos, coreando lemas contra los despidos, o «Con este gobierno vamos de culo», mientras caminaban de espaldas. También los universitarios fueron recordando a lo largo del recorrido que «La lucha es el único camino», o «Maestros y estudiantes, unidos y adelante». La marcha concluyó ante la «Casa de las Brujas», sede de la Generalitat en Alicante.

Allí se leyó un manifiesto, íntegramente en valenciano, que nada más empezar ya incidía en que «llevamos muchos ataques a la educación pública», aludiendo a diversas políticas llevadas a cabo por el hoy vicepresidente de las Cortes, Alejandro Font de Mora, en su época de conseller de Educación, como impartir Educación para la Ciudadanía en inglés, implantar clases de chino en el currículo o «rechazar ordenadores diciendo que producían miopía». Ahora, agregaron, el problema son «las políticas sistemáticas de reducción de becas y ayudas, con un aumento de tasas», en medio de un «mar de propaganda y mentiras» del Gobierno y el Consell.

Los manifestantes lamentaron la «deliberada planificación contra la escuela pública y la enseñanza en valenciano», y apelaron a la «resistencia continua» frente a ello. Criticaron, asimismo, las «prisas» del Consell para aplicar la Lomce, una ley que, según denunciaron, busca una escuela «autoritaria, masificadora, sexista y segregadora», en la que «sólo importan el programa y la ideología del PP». Frente a esto, insistieron en que «más inversión en educación es una garantía de futuro para nuestros hijos», y criticaron también la «ruinosa y nefasta política de construcciones educativas» por parte de la Generalitat a través de «una de sus empresas opacas» como Ciegsa.