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El comercio se abre paso

Las actuaciones urbanísticas para fomentar el tránsito peatonal en la zona de Gran Afluencia Turística consiguen reducir en un 70% los cierres de establecimientos en calles del centro de Alicante

Los comerciantes del centro ven aún desequilibrios comerciales. Las cintas de colores han dado vida a la calle Quintana, que conecta San Blas con el Mercado Central dentro de un corredor que se prolonga por Don Bosco hasta Renfe.

Un efecto dominó. Es lo que persigue el urbanismo comercial, una cadena de actuaciones para fomentar el tránsito peatonal por el centro de Alicante -acapara las escasas inversiones al ser Zona de Gran Afluencia Turística-, que empiezan a dar frutos en cascada: regeneración del tejido poblacional al haber vida en el centro, consumo inmediato y freno al cierre de comercios. Los cuatro millones de euros que el Ayuntamiento ha invertido en los últimos cuatro años en Reyes Católicos, Calderón, San Vicente, Poeta Quintana, Balmes, Plaza de Balmis, San Francisco, Federico Soto y Séneca, el proyecto más ambicioso y que finalizará en junio, han conseguido frenar el cierre de establecimientos en varias calles, que han pasado de tener 31 locales clausurados a solo nueve, según un muestreo municipal, un 70% menos.

Son actuaciones limitadas por la crisis que, sin embargo, según explicó la edil de Comercio, Belén González, evitan gastos mayores si se deja degradar una zona hasta que haya dinero, como ha ocurrido con Séneca tras el cierre de la estación de autobuses. Así que con la ampliación de aceras, el arbolado o las tematizaciones se consigue un Alicante «más amable», haciendo agradable el paseo, permitiendo la accesibilidad con carritos, y que los niños puedan jugar, como en San Francisco o la plaza de Balmis, «que ha generado mucha controversia pero que es ahora una zona ideal de juegos tradicionales». Según la edil, la mejora en el estilo de vida del centro permite que familias jóvenes cohabiten con las de otras edades y se frena el envejecimiento de la zona.

La priorización del centro tiene que ver, aclaró, con la necesidad de dinamización comercial que tiene el motor de una ciudad básicamente terciaria y turística. Por ello, hay nuevas actuaciones sobre la mesa para este año, entre ellas la renovación de aceras de la Explanada o la remodelación de la plaza de España. La idea es equilibrar comercialmente el corazón de Alicante, abriendo pasillos que faciliten el tránsito peatonal de un punto a otro, y recuperar puntos neurálgicos de actividad como el que existía en Calderón y Rambla, que con el tiempo se ha ido desplazando. «Son iniciativas de dinamización para que los inversores no se queden en una misma zona. Un ejemplo son las calles San Vicente y Calderón, que conectan con diversos barrios a través de la avenida de Novelda, donde se han hecho aceras más espaciosas».

El eje Gadea, Rambla y Maisonnave es otro itinerario básico comercial, unido por la calle San Francisco y Calvo Sotelo, nudo de «comunicaciones». También se ha creado un pasillo desde Poeta Quintana hasta Renfe a través de la calle Don Bosco, lo que además conecta el Mercado Central con San Blas. Otro de los ejes, además natural, enlaza Reyes Católicos, «donde se ampliaron aceras y se introdujo el verde, lo que da sensación de mucha más amplitud», con San Francisco buscando el equilibrio.

Lo mismo se hará entre la plaza de Balmis y Lorenzo Casanova. «Esta vía será reurbanizada para que el tránsito peatonal se genere de manera estratégica», dijo la edil. Una actuación que se complementa con la reforma del edificio de la antigua estación de autobuses y la plaza de Séneca. Otra pata es la calle San Francisco, donde se ha realizado una tematización que «gusten o no sus setas» ha supuesto que ahora sea complicado conseguir allí un local. «La idea es que haya cruces por todo el centro para mermar el desequilibrio. Desde el Ayuntamiento lo intentamos hacer atractivo pero incentivar los nuevos negocios dependerá de la demanda privada. Esperemos que dé sus frutos».

Los comerciantes ven en principio con buenos ojos estas actuaciones, «no dudamos que pueden ser importantes e interesantes, como lo que se está haciendo en Séneca, pero el centro tradicional esta sin terminar», denuncia la asociación Corazón de Alicante. Su presidente, Vicente Armengol, recordó que quedan varios tramos de calle pendientes de reurbanizar en el centro, renovado parcialmente aprovechando la obra del colector. «Hay tramos de Bazán sin acabar y Bailén sin tocar, lo mismo que la Avenida de la Constitución. El Ayuntamiento debería tener la determinación de acabar áreas completas antes de iniciar otras cosas». Los comerciantes se quejan de que el centro tradicional lleva muchos años esperando y que queda bastante por hacer en cuanto a iluminación, con tramos de calles importantes como el Teatro con deficiencias lumínicas, lo mismo que Pascual Pérez, Jerusalén, César Elguezábal, el entorno del Mercado Central, y la calle Quintana, «ha mejorado con la tematización pero echamos de menos un refuerzo en la iluminación y la limpieza, y soterramiento de contenedores en nuevas áreas».

Pese a todo, el sector agradece la tematización y la rebaja de la velocidad del tráfico como se va a hacer en Séneca para incentivar al actividad. «Sería interesante apostar por ello también en el centro tradicional, y ahondar en la tematización. Hacer un estudio para ver en qué otras calles se puede hacer». Y buscar fórmulas para «devolver la vida» a Calderón de la Barca. «Es como una isla, sigue sin arrancar. Hay que intentar generar un flujo de gente desde el área del Auditorio Provincial a la Explanada, Rambla y Gadea como el que teníamos antaño, con actuaciones acertadas y que la gente apueste de nuevo por zonas que fueron tan comerciales».

El punto de partida puede ser, si fructifica, la implantación del grupo Inditex en el cine Ideal. «Puede ser el revulsivo que se necesita. Carecemos de equilibrio comercial, necesitamos que la zona de Rambla a Gadea y Explanada vuelva a estar equilibrada comercialmente, y es importante que firmas de peso apuesten por esta zona, que es de Gran Afluencia Turística, y les ofrece la libertad de horarios que pueden necesitar. A ver si el comercio apuesta por esta zona para que no sea solo de hostelería, porque estamos entrando en fase de saturación y hay que templarlo».

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