Molesta aún por los dolores propios de la cesárea que le practicaron el pasado martes, Castedo asegura que ver la cara de Carla sirve para mitigar cualquier dolor. «La miras y sabes que todo merece la pena, incluso ser madre a mi edad. Estoy muy contenta, mucho», relata la alcaldesa, vestida con un camisón blanco y una bata del mismo color.
Su embarazo de riesgo la apartó unas semanas de la Alcaldía hace unos meses, «y tenía que haber sido más tiempo». «Cuando cogí esa baja ya no tendría que haber vuelto, pero mi responsabilidad me impedía estar tanto tiempo fuera del Ayuntamiento», cuenta Castedo, que recuerda los tres abortos que sufrió años atrás mientras buscaba su segunda hija. «A Antía la tuve con 30 años y sin ningún problema, pero con después vinieron las complicaciones, con abortos en 2007, 2008 y 2012. De hecho, Carla ya no ha sido una niña buscada, habíamos desistido. Así que la primera sorprendida, al confirmar que estaba embarazada, fui yo», añade en presencia de su marido, para continuar con su historia: «En un principio tuve miedo, pensaba que lo perdería por cuarta vez porque los médicos no sabían el motivo de los abortos», afirma la alcaldesa de Alicante.
Estos días en la clínica cuenta con la compañía, casi a tiempo completo, de su madre, su marido y su hija. «Mi hija duerme en el sofá con su padre, no me quiere dejar ni un minuto», subraya.
