Marina desconoce el significado de la palabra aburrimiento y lo mismo crea una universidad para padres destinada a mejorar la formación de los hijos que lanza una escuela para parejas, convencido de que «en el cortejo todos mentimos», o saca un nuevo libro, «Los miedos y el aprendizaje de la valentía» (Ariel) para enseñar a la gente a ser valiente y lograr una sociedad más segura y decidida.

¿Qué invento es ese de la universidad para padres?

Es un proyecto para ayudar a los padres a educar a sus hijos de entre cero y 16 años, para prepararlos a afrontar un mundo cada vez más competitivo. Lo creé hace cinco años.

Así que tras su jubilación se embarcó en nuevos proyectos laborales.

La verdad es que no conozco lo que es el aburrimiento. Siempre hay cosas interesantes que hacer y el único problema es el tiempo, que es muy escaso.

¿Cómo ha sido usted como padre?

He educado a los hijos de mi pareja. He sido cariñoso, exigente y responsable sin olvidar la importancia que tiene la comunicación entre padres e hijos.

¿Cómo ha sido como hijo?

Di muchas alegrías académicas, pero ahora noto que no supe valorar todo lo que se esforzaron mis padres por mí.

¿No es eso ley de vida?

Puede ser. Tuve una adolescencia muy turbulenta, llegué hasta a perder mi beca de estudio, y todas esas turbulencias las pagaron mis padres.

¿Adolescencia turbulenta?

En la adolescencia estamos condicionados por la tiranía de las hormonas. Tuve todo lo malo de la adolescencia, pero sin problemas graves.

¿Cómo marcha su búsqueda de maestros que aspiren a la excelencia?

Promuevo una red de mil profesores excelentes para cambiar la educación en España. Se trata de un movimiento de la sociedad civil en vista de que los gobiernos han demostrado no acertar en los modelos educativos que diseñan.

¿Busca usted profesores autoritarios o comprensivos?

Un profesor, como cualquier tipo de líder, tiene que adecuarse a los momentos para saber ser comprensivo en unos, democrático en otros y autoritario en muchas ocasiones.

¿No decía usted que los padres autoritarios son más resultones educativamente que los liberales?

Sí. Venimos de un modelo de educación autoritario basado en la obediencia y el sentido del deber. Ese modelo olvidaba las nociones de libertad y los derechos humanos. Mi generación estaba muy bien educada en el deber, pero nos costó reconocer el valor de los derechos humanos. Ahora tenemos un modelo de educación muy permisivo que sólo reconoce la libertad y los derechos humanos. Tenemos que encontrar un modelo que conjugue los valores humanos, el sentido del deber, la libertad y la obediencia.

«Si quieres que un hijo sea demócrata, edúcalo de forma fascista. Si quieres que tu hijo sea fascista, edúcalo democráticamente», recomienda el pediatra Aldo Naouri. Ante esta aseveración parece que los padres están condenados a la derrota al criar a sus hijos.

Naouri es un poco exagerado, pero es cierto que una educación permisiva puede tener el efecto contrario y criar por lo tanto a un niño tirano. Educar a un hijo es cada vez más difícil porque la sociedad es muy complicada y todo cambia muy rápido. Para educar a un hijo hace falta la tribu entera.

¿Proporciona nuestro sistema educativo la capacidad que debería de tener toda persona para saber buscarse la vida?

No, ni el sistema educativo obligatorio ni el universitario. Nuestra educación no enseña a resolver los problemas prácticos porque es muy teórica y rutinaria. Padecemos un sistema de educación mediocre y llevamos muchos años estancados.

Así que no es un sistema que promueva la valentía entendida como capacidad para resolver problemas.

La valentía es la capacidad de mantener metas valiosas a pesar del riesgo, el esfuerzo y la dificultad. Es en esto en lo que fallan nuestros alumnos por su poca tolerancia al esfuerzo y a la frustración.

¿Por qué dice usted que la máxima demostración de inteligencia es la bondad?

La inteligencia es la capacidad de resolver problemas para alcanzar la felicidad. En la medida en que hallemos soluciones desde la bondad y con decisión para ponerlas en práctica estaremos actuando de forma inteligente. Mi felicidad tiene que ser compatible con el trato digno al resto de personas con las que convivo. Debemos fomentar en nuestros hijos y alumnos la valentía moral.

¿Cómo debería de leerse desde el punto de vista filosófico la apuesta independentista catalana en un mundo tan globalizado?

Todos los nacionalismos me parecen peligrosos porque convierten una entidad abstracta, ficticia, - la nación-, en el valor supremo. No existe el pueblo catalán, sino los ciudadanos catalanes. El nacionalismo catalán es muy emocional y las emociones se manejan con mucha facilidad y no atienden a razones. Todos los catalanes saben que es inviable la secesión, pero la emoción es tan fuerte que creen que podrán con todo. Contra ese nacionalismo emocional hay que apostar por un patriotismo de responsabilidad para desechar el de identidad. Esta idea se la dije a Jordi Pujol.

¿Qué le respondió?

Que las dos son compatibles. Lo que es incompatible es que un PSOE se proclame nacionalista cuando canta a la internacional en su himno. También es contradictorio defender una iglesia católica catalana cuando católico es universal.

¿Echa en falta más sentido del humor en los políticos para afrontar los problemas de convivencia?

Los políticos tienden a la dramatización excesiva. Saben manejar el miedo, que es una emoción muy poderosa y fácil de instrumentalizar. Tengo especial inquina a los que meten miedo.

¿A qué teme usted?

He tenido miedo a defraudar a las personas y en la preadolescencia tuve miedos religiosos. El cristianismo logró durante muchos siglos que nos comportáramos bien solo metiendo miedo.

¿Ve a la sociedad española amedrentada?

Existe un miedo económico y hay gente a la que le conviene que los ciudadanos sigan con miedo. Las sociedades temerosas son dóciles y aguantan carros y carretas. Me pone de los nervios cada vez que escucho a algún político decir que está en juego nuestra democracia. El miedo acaba también con la convivencia.

¿Acaba la convivencia con el amor?

El primer momento de enamoramiento es de excepcionalidad y pasa porque no se puede estar en éxtasis continuo. Luego se evoluciona y la convivencia es estar a gusto con el otro. Me interesa más la convivencia amorosa que la pasión.

¿Mentimos mucho en la primera fase del enamoramiento?

En el cortejo mentimos todos y lo hacemos sabiendo que lo hacemos. Es normal, siempre y cuando no sean mentiras graves.

¿Qué es una mentira grave?

Es un engaño, una traición, que no se puede aclarar después.

Y luego llega la frustración, ¿se puede preparar uno para capear el sufrimiento?

Por supuesto. Muchos de nuestros problemas educativos nacen de la incapacidad de comunicación de los padres. Esa situación genera muchas desdichas.

Y es mejor separarse, ¿no?

Los conflictos entre parejas no suelen ser el problema, sino el cómo se resuelven esos conflictos. Las parejas tóxicas, por ejemplo, son muy poco inteligentes.

¿Tienen solución?

Poca, cuando uno tiene que sacrificarse demasiado por el otro o aguanta humillaciones es mejor salir corriendo. En España hay un grave problema de machismo en la escuela que justifican hasta las chicas.