El uso de las tecnologías en la enseñanza ha madurado hasta el punto de que si hubiera una ley que lo exigiera, en un par de meses la Universidad de Alicante erradicaría por completo el papel y funcionaría a todos los niveles en la red: «Sólo falta organizar los procedimientos y las personas. En cuanto lo haga el primer centro se generará la necesidad de estar, y nosotros estamos listos», precisa el vicerrector de Tecnologías de la Información, Francisco Maciá.

Aventura que en un par de años será difícil que no estén todas las universidades montadas en internet, aunque también reconoce que, a nivel administrativo, en las instituciones públicas «todo va muy lento» .

Lo más curioso del caso es que, para avanzar y consolidarse en este terreno, lo que ha hecho la UA ha sido «dar un paso atrás». En lugar de centrarse en un solo tipo de plataforma tecnológica, tipo MiriadaX, que sirve para desarrollar los cursos Mocc (cursos online masivos y abiertos a cientos de miles de usuarios), la UA ha creado una plataforma que da soporte a cualquier tipo de contenido digital, ya sean los citados Mocc o los Open Courses Ware (OCW). «Para no tener que estar reiventando continuamente la plataforma, no hay centrarse en un solo un tipo de tecnología», explican.

Este paso de gigante que ha dado la UA le sitúa, incluso, al nivel de universidades como las de Stanford o el MIT de Massachusetts, que han diseñado las plataformas digitales de enseñanza más importantes en el mundo.

La estrategia es revolucionaria porque busca para el alumno-usuario no sólo la acreditación de haber seguido unos estudios, cursos de apoyo y autodidactas de saber por saber, que es lo que posibilitan hasta el momento las actuales plataformas, -en España la MiriadaX está promovida por Universia (la red de universidades españolas) y, tecnológicamente, por Telefónica-; sino que incluso aporte una certificación académica en regla, para lo que ahora mismo hay que sucumbir, sí o sí, en un examen presencial.

Esto requiere una nueva metodología, tanto para los docentes como para los alumnos, «porque como profesor no puedes corregir miles de exámenes en la red con las técnicas habituales», apuntan los primeros implicados en la UA.

«Asistimos a una nueva metodología, la inversión de la clase docente». Las clases magistrales de una o dos horas hablando uno -el profesor-, y tomando apuntes otros -los alumnos-, se pueden destinar a debatir, corregir ejercicios, o explicar por qué algo está mal entendido y cómo hacerlo bien...». En una palabra, a aprender y no a estudiar.

Y para eso, previamente, el profesor ha grabado unas píldoras formativas o resúmenes de la lección de que se trate en no más de 10 minutos, a los que pueden acceder los alumnos por internet desde donde quieran, cuando quieran, y cuantas veces lo necesiten, «dejando tiempo en clase para lo que no se ha tenido nunca, para enseñar».

El catedrático de Ingeniería Química, Juan Antonio Conesa, ha sido uno de los primeros en estrenarse. Ha convertido en PUA (píldoras formativas de la Universidad de Alicante) el tema sobre el «Secado térmico y aprovechamiento de los Lodos de Depuración».

Económicas, Psicología de la Salud y la Escuela Superior Politécnica en general, son las áreas académicas más inmersas en la digitalización de la enseñanza y, en su conjunto, la UA suma ya 2.150 vídeos producidos de apenas 8 minutos, ya que toda la producción previa de cursos elaborados en las plataformas XarxaMooc y Uni Mooc se han reconvertido y subido a modo de colecciones en ITunesU «que permite subir contenidos multimedia y dejarlos disponibles a nivel mundial».

Los pioneros de este sistema, Francisco Navarro y Rubén Ruiz, crearon en la UA el curso «Python para científcios e ingenieros» a base de píldoras formativas, que diseñó un estudiante de Ingeniería Aeronáutica, Juan Luis Cano. A partir de ahí, fundaron una asociación sin ánimo de lucro, CAChemE, para favorecer el acceso libre a los alumnos de Ingeniería Química y, además, llamar la atención sobre nuevas posibilidades de empleo en esta carrera. Publicaron el temario de «Simulación y optimización de procesos químicos» que evita «el rollazo de estas clases magistrales», abundan.

Saturados

La demanda por este revolucionario sistema de enseñanza ha obligado a la UA a crear dos salas de grabación, la FragUA que llaman, «porque los docentes han saturado las previsiones iniciales». Allí, como si de hombres del tiempo se tratara, se graban ante una cámara pudiendo parar, reproducir y no preocuparse más que de concretar el contenido didáctico, porque la aplicación tecnológica lo mezcla directamente y lo sube a ITunes o a YouTube a través de su propia plataforma.