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Los siete países mediterráneos de la UE piden más fondos ante la inmigración ilegal

Los ministros de Exteriores de España, Portugal, Italia, Francia, Grecia, Chipre y Malta lanzan desde Alicante un toque de atención a la Unión para buscar una «solución global» Reclaman una mayor «solidaridad» de la Comisión Europea

El sur de Europa exige más fondos ante la inmigración ilegal

Los ministros de Exteriores del denominado Grupo Mediterráneo, integrado por España, Portugal, Italia, Francia, Grecia, Chipre y Malta, que sufren de forma directa la llegada masiva de inmigrantes irregulares del norte de África, pidieron ayer desde Alicante una mayor implicación y «apoyo financiero suficiente y eficaz» de la Unión Europea al tiempo que abogaron por la solidaridad de la UE con los países del sur y por «una mayor participación de todos los Estados Miembros de manera decidida, en los esfuerzos por impulsar un enfoque global de las cuestiones migratorias».

Así se reflejó en un comunicado consensuado por los siete titulares de Exteriores que se reunieron por vez primera en la sede de Casa Mediterráneo, en Alicante, para abordar la problemática europea de la inmigración. Tras una comida y una reunión que se prolongó durante tres horas, se hizo público el documento en el que se resalta el aumento de la presión migratoria en el Mediterráneo y se da un toque de atención al resto de Europa al señalar que «un gran número de inmigrantes que llegan a nuestras fronteras pretenden seguir adelante, a otras partes de la UE». El Grupo Mediterráneo considera que «estos desafíos sólo pueden ser abordados de manera global, a través de la adopción de medidas tanto a corto como a largo plazo en la Unión Europea y en terceros países». Por ello, se considera que «la solidaridad dentro de la UE con Estados Miembros del sur afectados por la llegada masiva y desordenada de flujos migratorios, debe incluir el apoyo financiero suficiente y eficaz de la UE».

En la comparencia de los siete ministros de exteriores tras la reunión, el español, José Manuel García-Margallo, resaltó que «esto es una llamada de atención a la UE» para abordar la cooperación tanto con los países de origen para paliar la pobreza y la inestabilidad, como con los de tránsito, y añadió que «hay que destinar más recursos de la UE para el control ordenado de las fronteras». A juicio de Margallo, quien apuntó también la necesidad de lograr una «integración de los inmigrantes en condiciones de dignidad», se trata de un problema «de primera magnitud» que afecta a los países mediterráneos, «pero no sólo a ellos, sino a toda la UE».

Preguntado sobre la situación de los inmigrantes que llegaron a principios de semana al islote de Chafarinas, Margallo indicó que es una cuestión que depende del Ministerio del Interior, pero resaltó la «magnífica colaboración con Marruecos» en temas migratorios.

«Socio y no adversario»

Junto a Margallo, participaron en la cumbre de ayer la ministra de Italia, Federica Mogherini; el de Portugal, Rui Machete; el de Francia, Laurent Fabius; el de Grecia, Evángelos Venizelos; el de Chipre, Ioannis Kasoulides, y el de Malta, George Vella, quienes también abordaron la crisis de Ucrania. En este sentido, Margallo señaló en la comparecencia de los siete ministros ante los medios de comunicación que «Rusia debe ser un socio y no un adversario estratégico» por lo que abogó por preservar el diálogo con Rusia y por instarle «a volver a respetar el orden internacional». En este sentido, Margallo manifestó que «hay que respetar la legalidad internacional» lo que conlleva el «no reconocimiento del referéndum de Crimea».

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