La sede central de Casa Mediterráneo en Alicante acoge esta tarde un cumbre diplomática de los ministros de Asuntos Exteriores de España, Portugal, Francia, Grecia, Chipre, Italia y Malta para analizar a situación de la inmigración en la Unión Europea, en la que España juega un papel estratégico al ser puerta de entrada de África en Europa -ayer mismo soldados españoles tuvieron que intervenir en la islote de las Chafarinas donde un grupo de jóvenes africanos había llegado en busca de asilo-. El encuentro es informal, pero tras el mismo los siete responsables de Diplomacia de estos estados de la Unión expondrán sus conclusiones.

Los problemas casi diarios que sufre España por los intentos masivos de entrada de emigrantes por las fronteras de Ceuta y Melilla forman parte del escenario en el que vive la UE a diario el problema de la inmigración ilegal. Miles de africanos intentan pasar a Europa huyendo de la inestabilidad social de sus países y en busca de un futuro. Italia no es ajena al problema y tampoco estados pequeños como Chipre o Malta, en medio del Mediterráneo.

El anfitrión del encuentro será el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, responsable actual del proyecto de Casa Mediterráneo, enclavada en Alicante, antigua estación de Murcia, y que el Gobierno quiere que sea un lugar de encuentro para el debate y el consenso.

La semana pasada, Margallo tuvo ocasión de mostrar las instalaciones -todavía en precario por la falta de fondos- al presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, de visita en Alicante.