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Consumo Hídrico

Alicante dejará de beber agua de los acuíferos del Vinalopó a partir de julio

El acuerdo entre el Gobierno y la Junta Central de Usuarios para recibir 12 hm3 de agua de calidad del Júcar hasta que esté la toma de Cortes de Pallás permite empezar a recuperar pozos sobreexplotados

Alicante dejará de beber agua de los acuíferos del Vinalopó a partir de julio

El acuerdo al que han llegado el Ministerio de Agricultura y la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó para desbloquear el trasvase desde el Azud de la Marquesa va a suponer, a partir del próximo mes de julio, que los municipios de l´Alacantí, y en concreto Alicante, dejen de abastecerse de agua potable de los acuíferos sobreexplotados del Vinalopó al contar, hasta que se termine la toma de Cortes de Pallás, con 12 hm3 de agua de gran calidad del Alto Júcar, que llegarán a la provincia, vía infraestructura del Tajo, a la Mancomunidad de Canales del Taibilla. Alicante necesita para cubrir su consumo anual un total de 20 hm3, que le llegan de tres fuentes diferentes: los acuíferos del Alto Vinalopó, del Tajo y de la desaladora de Agua Amarga.

A partir del verano y durante los cerca de dos años que tardará todavía en activarse la toma definitiva del agua en Cortes de Pallás, el acuerdo entre el ya casi exministro Miguel Arias Cañete y la Junta Central contempla el envío de agua potable para uso urbano desde el embalse Bellús, algo a lo que se oponen los regantes de Valencia, y de 15 hm3 desde el Azud de la Marquesa para el regadío del arbolado, entre los que se encuentran los viñedos.

El escenario final será el de la doble toma. Cortes de Pallás para consumo urbano y regadío de hortalizas y Azud de la Marquesa para los cultivos leñosos. Todo ha quedado estipulado en el plan hidrológico del Júcar, documento que también recoge 49 millones de euros para la mejora de los regadíos tradicionales de Valencia, un proyecto clave para liberar caudales para riego que trasvasar a Alicante, pero que tampoco dejó completamente satisfechos a los regantes valencianos, que se abstuvieron en la votación a favor del plan hidrológico del Júcar en el Consejo Nacional del Agua. El plan pasará al consejo de ministros en mayo o junio, y todo quedará negro sobre blanco.

Las obras de la segunda toma del trasvase cuestan unos 60 millones de euros, que se serán adelantados por la empresa pública Acuamed, que acaba de cerrar ejercicio con dos millones de superávit y tiene en caja una partida de 408 millones para obras hidráulicas en España. Posteriormente, regantes y ayuntamientos pagarán la toma vía tarifa del agua, tal como establece el acuerdo y exige la directiva marco del Agua. Todo ha quedado negro sobre blanco y desde la Junta Central sostienen que el paso adelante dado por el ministro puede ser definitivo para la solución a los problemas de abastecimiento de una parte de la provincia donde existen 25.000 hectáreas de cultivo de gran valor, que se riegan con agua extraída a 600 metros de profundidad y 3 gramos de sal por metro cúbico.

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, cedió en el último minuto e incorporó al plan del Júcar un documento complementario firmado con la Generalitat y la Junta de Castilla-La Mancha por el que el Ministerio se compromete a construir la toma de Cortes para el trasvase Júcar-Vinalopó en un plazo de seis meses tras la aprobación, presumiblemente en mayo o juno, del plan por el consejo de ministros. Agricultura se compromete a realizar la segunda toma en Cortes, que se compartirá con la del Azud de la Marquesa, que se mantendrá para ciertos regadíos.

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