La historia se repite. El retraso en los pagos de las obras del nuevo acceso ferroviario a Alicante vuelven a pasar factura, y desde hace un mes los trabajos que se venían desarrollando para meter los trenes de cercanías por el túnel del AVE, en la estación de Alicante, se han ralentizado hasta tal extremo que ya no se ven operarios. Varios técnicos de la empresa pública Ineco, que trabajaban para el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), en Alicante han sido despedidos, y tampoco está ya en el proyecto el adjunto al director de las obras.
La sociedad pública Avant sostiene que no le consta la paralización, el Ministerio de Fomento no contesta y los vecinos, representados por la Plataforma Renfe, están de los nervios, ya que ven que se va a incumplir el último plazo dado por la Administración para retirar las vías del tren en superficie y eliminar el peligroso paso a nivel de Ausó y Monzó. Cruce sobre las vías que tiene, además, dividida en dos la ciudad desde hace ya casi cuatro años, cuando comenzaron las obras en la estación de Alicante para preparar la llegada del AVE. Fuentes conocedoras de la situación y cercanas al proyecto apuntaron ayer, en este sentido, que el esfuerzo se está centrando en la conexión en alta velocidad de Madrid con Galicia y en el enlace del AVE a Elche y Murcia.
Aunque la falta de actividad resulta evidente desde hace un mes, lo cierto es que los trabajos comenzaron a ralentizarse en enero, y, según las fuentes consultadas, el parón estaría vinculado a un supuesto incumplimiento de los pagos, tal como ocurrió en 2011 en las obras de la estación del AVE, que se detuvieron casi ocho meses sin que mediara ninguna explicación oficial al respecto. El paralelismo es evidente y otra consecuencia de esta coyuntura es que también afectará a los plazos para el posterior desarrollo urbanístico de la zona liberada de vías, donde se incluye la construcción del gran parque urbano de la ciudad.
Adif ya prolongó, en teoría hasta agosto, la conclusión de los trabajos para incorporar los trenes de cercanías Alicante-Elche-Murcia y Alicante-San Vicente por el túnel del AVE en la entrada a Alicante, porque el paso a nivel de Ausó y Monzó debía estar ya eliminado y, por lo tanto, con tráfico de vehículos en superficie, en la primavera de 2012. El parón que sufrieron las obras por los impagos de Avant y el hecho de que el proyecto de las cercanías no se incorporara desde el principio por falta de presupuesto dieron al traste con la fecha prometida y ahora se produce una nueva demora, ya que se dio prioridad a los trabajos para facilitar el acceso de los trenes de carga al puerto, aunque también este proyecto, al quedarse cortadas las vías en un tramo de 200 metros está parado.
La división en dos partes de la ciudad, que afecta sobre todo a los barrios de San Blas y Alipark, cumplirá cuatro años este año. Mientras, los peatones, el 90% residentes en la zona, siguen compartiendo con el paso ilegal de motocicletas y bicicletas una pasarela, en teoría peatonal, peligrosa en días de lluvia e insegura por la noches, dada la poca iluminación del paso, según denuncian los vecinos.
Los barrios de San Blas y Alipark seguirán partidos por la mitad al menos hasta 2015, ya que una vez dejen de pasar los trenes de cercanías, habrá que quitar las vías y reurbanizar la zona. Algo que demorará, además, todo el desarrollo del parque central. En principio, la intención de la sociedad Avant (Adif, Renfe, Consell y Ayuntamiento de Alicante) era tener resuelto todo en el año 2012, y así se anunció a los representantes locales de los comercios, pero el bloqueo que sufrieron los trabajos durante ocho meses, en 2011, por los impagos de Avant y el «olvido» de las cercanías han dilatado los plazos para eliminar el paso a nivel.
Los vecinos siguen preguntándose por qué si los técnicos sabían que las vías de los trenes de cercanías no podrían retirarse simultáneamente a la llegada del AVE, no se proyectó que la pasarela peatonal que salvó las obras del túnel de la alta velocidad pasara también por encima del túnel.
