Los regantes y usuarios del agua de Alicante poco pueden aportar al debate hídrico, o eso piensa Casa Mediterráneo. Una semana después de alcanzar una solución para desbloquear el trasvase Júcar-Vinalopó, tras siete horas de negociaciones del ministro Arias Cañete con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó, y lograr, además, que el Consejo Nacional del Agua diera su visto bueno a los planes del Tajo, Segura y Júcar, el ministro de Agricultura participa el jueves en una mesa redonda en Alicante sobre la gestión de los recursos hídricos en la que no se sentará ningún representante de Alicante.

Y es que Casa Mediterráneo ha organizado un encuentro en el Real Liceo de la Explanada para el que no ha contado con ningún ponente de Alicante, una provincia que es modelo en gestión hídrica y que, por otro lado, acaba de publicar su primer patrimonio hidráulico. Una colección de 1.500 obras e infraestructuras, muchas de las cuales son candidatas a ser reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. No ha sido suficiente. La dirección de Casa del Mediterráneo sentará en la mesa, junto a Miguel Arias Cañete, al valenciano Benjamín Aparicio Cervera, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana y a Enrique Aguilar, presidente del Tribunal de las Aguas de Valencia. Dos instituciones valencianas de prestigio, el mismo que tiene, por ejemplo, el Tribunal de las Aguas de Orihuela, setecientos años le contemplan, o el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante.

La exclusión de los representantes del agua en Alicante de la mesa redonda causó ayer estupor entre los regantes, los mismos que en los últimos meses han negociado, casi a diario, la solución para el Júcar-Vinalopó o la continuidad del Tajo-Segura. El ministro Arias Cañete es un invitado más al acto.

El ministro de Agricultura, Rafael Arias Cañete, cedió el miércoles pasado en el último minuto e incorporó al plan hidrológico del Júcar un documento complementario firmado con la Generalitat y la Junta de Castilla-La Mancha, por el que el Ministerio se compromete a construir la toma de Cortes de Pallás para el trasvase Júcar-Vinalopó en un plazo de seis meses tras la aprobación, presumiblemente en mayo, del plan por el Consejo de Ministros.

El documento pasó después al Consejo Nacional del Agua que dio el visto final al proyecto con los votos favorables, entre otros, de la Generalitat, representada por el vicepresidente José Císcar y por el presidente de la Junta Central del Júcar-Vinalopó, Andrés Martínez, quien acudió a Madrid representando a todos los usuarios del Júcar en la Comunidad Valenciana. El plan hidrológico incorpora, por tanto, un compromiso, negro sobre blanco, por el que el Ministerio de Agricultura se compromete a realizar la segunda toma en Cortes, que se compartirá con la del Azud de la Marquesa, que se mantendrá para ciertos regadíos de cultivos leñosos.