­El pasado mes de octubre se le acabó la prestación por el desempleo al que le abocó la rebaremación de la bolsa de trabajo de la enseñanza del 3 de abril de 2013. Beatriz Prieto no ha podido quedar con sus compañeros interinos porque no tiene ni para gasolina y Lucía se emociona al mencionarla, «mi paralela los dos últimos años en el Ciudad de Oviedo de Torrevieja».

Ha entregado currículos incluso en tiendas de deporte, «de todo, y emocionalmente está muy baja. Me pongo en su lugar y el vacío que te provoca no saber qué hacer... Vive con los padres de su novio, es muy culta y le encanta innovar en la enseñanza, como a mí. Ahora está deprimida sin saber qué hacer, y más desesperada que deprimida», relata Lucía.

Anabel García, por la Coordinadora de Interinos, apunta hacia Bea como ejemplo de la situación «de los más de 5.000 interinos a los que empujan a la exclusión social con el ERE de Educación».

«Hemos trabajado por los alumnos y nos arrumban», añade con José. «A los más jóvenes, sin experiencia, les han hecho creer que con este acuerdo tendrían trabajo, pero a punto de cumplir el primer año están entrando en la desesperación también, porque todavía no les han llamado. El resto , interinos, se preguntan que si el requisito para trabajar va a ser la oposición ¿de qué vale ser un buen maestro?», puntualiza García. «Están descabezando a gente muy válida y lo que me interesa ahora es que mis hijos tengan una buena educación, pero para eso lo más determinante es que el profesorado se sienta valorado», comparte José Orozco.

El delegado del STEPV, Ignasi Amorós estima que 1.481 docentes han visto cambiar su puesto en las bolsas y que en los casos más penosos tienen más de 18 años de experiencia sin que les hayan convocado oposiciones siquiera.