«Nos llevamos todos muy bien, somos gente muy dispar en cuanto a edad, ocupaciones, incluso a nivel económico, pero estamos todos a una, y en Hogueras nos mezclamos, mayores y pequeños, con la música», afirma María Ribelles Espasandín, actual presidenta de la hoguera Nou Alipark, una de las más jóvenes de la Fiesta ya que este año celebra su décimo aniversario.

La comisión fue fundada en 2005, a instancias del entonces delegado de Hogueras de la Gestora, Javier Sánchez Falcó, quien contactó con algunos de los festeros que habían formado parte de la antigua Alipark, fundada en 1976 por un grupo de vecinos que se habían mudado a vivir a la urbanización situada entre las vías del tren y la avenida de Aguilera, la mayoría manchegos y andaluces. En los los años 80 entraron en la asociación María, entonces una niña, y su madre Rosa, una bilbaína que llegó hace 38 años, se casó con un alicantino y se enamoró de la Fiesta. «Cuando vine las Hogueras me parecían algo extraño. Al entrar en la comisión me dijeron que no me tenía que vestir. Tardé tres meses en ponerme los abalorios y ya no me los he quitado», relata. Y es que es una comisión multiprovincial, hasta tal punto que la crítica del momento sólo en valenciano no funcionó por lo que volvieron a colocar carteles bilingües en castellano. Entonces, algunos vecinos que se habían borrado volvieron a darse de alta en las cartillas. La primitiva hoguera, que tuvo a Pedro Rufete como presidente fundador, dejó de plantar en 2000. «En esos años para mí era una cruz y una depresión ir por el barrio y no ver la hoguera plantada», recuerda Rosa, cobradora de cartillas.

Por ello, no dudaron cuando desde la Gestora les animaron a retomar el proyecto. «Nos dieron el empujón y fundamos Nou Alipark». No podían mantener el nombre original por trabas administrativas ya que la comisión antigua no está dada de baja pero a la vez querían conservar parte de la nomenclatura por fidelidad al barrio. «Esto es Alipark y, poco o mucho, el vecindario colabora y tenemos cartillas. Empezamos 15 adultos y ocho infantiles, casi todos vecinos. Desde entonces hemos ido hacia arriba, no es que vengan a apuntarse festeros de diez en diez pero todos los años hay altas». El primer presidente de esta nueva etapa fue Antonio Fuentes, y las dos hogueras del año 2005 las plantó el artista fallero Daniel Jiménez Zafrilla, que debutaba en Alicante, en Sexta categoría. Ahora son medio centenar de festeros, unidos por la vecindad y el sitio, «todos vivimos en Alipark o en el entorno. Nos gusta bajar cada tarde al racó, charlar, hacer cenas de sobaquillo o preparar los playbacks. Por ahí nos llaman la hoguera de los bichos, porque para los disfraces nos inspiramos en películas que les gustan a los niños como Madagascar, Gru o Happy Feet. Así es fácil tenerlos entretenidos».

En Hogueras les caracterizan las despertàs, que cuidan mucho, y que celebran las mañanas del 22 al 24 de junio. Van desfilando hasta el domicilio del escultor Remigio Soler, su presidente de honor perpetuo, que vive en Benalúa y le tiran una traca debajo del balcón mientras le cantan «A la llum de les Fogueres». «Aquí participa mucho el vecindario. La gente colabora para todo y los que no, tampoco se quejan. Visitamos otras hogueras, desfilamos y estamos todo el día en la calle, en el racó». Al lado plantan la hoguera, que en junio concursará en Sexta. Repite en el distrito, por segundo año, el artista alicantino Fran Santonja, en quien han encontrado un fiel ayudante que este año les hizo el decorado para el certamen artístico. Otras veces recurren al ingenio: cuando hicieron el decorado para Madagascar pintaron un mural, y «a veces los hemos hecho hasta con palos que pedimos en el mercado». En el caso de los trajes, cada uno se paga el suyo, aunque para la Cabalgata del Ninot harán un modelo de disfraz. «Lo llevaremos al racó y quien pueda lo copiará y quien no, lo comprará. Unos no tienen tiempo, y otros no tienen dinero. Así contentamos a todos».

Los ingresos de esta hoguera están muy repartidos, aunque la aportación de los festeros es la fuente principal. Pagan 700 euros los adultos, 350 los juveniles y 300 los infantiles. «Cada comisionado tiene la obligación de ingresar esa cantidad. Puede ser tocando timbres para conseguir cartillas, vendiendo lotería, dando directamente el dinero, etc...». También obtienen una cantidad importante de las 110 cartillas de vecinos. Para ellos decoran con arcos todas las calles del distrito, en lo que se dejan 3.000 euros. «Es un gasto importante para una hoguera pequeña pero hay que hacerlo porque mucho de lo que se ve en fiestas es la iluminación».

El gasto principal son los monumentos, diez mil euros, de ellos ocho mil para la hoguera adulta, y el resto para la infantil que plantará Paco Gisbert. Otras partidas importantes son la banda de música que les acompaña en despertàs y desfiles, y la presentación, que hacen en el barrio. Todas las bellezas que han tenido en estos diez años, mayores e infantiles, siguen en la hoguera, «y eso es un logro». Aún tienen en la retina aquellas noches en las que el nombre del distrito resonó en la Plaza de Toros gracias a sus tres Damas del Foc. «En el caso de Laura porque fue el primer año que teníamos candidatas y salió en la corte infantil. Ana porque la hemos visto crecer y su abuelo fue presidente de la primera hoguera. Y lo de Pilar fue un subidón porque es la primera Dama adulta que hemos tenido. En todos los casos una ilusión tremenda, una pasada».