«Me gustan más los peones y de color negro» ¿Y cómo lo mueves?. «Un , dos, tres, un, dos, tres». Víctor García coge con sus manitas la figura y la adelanta primero dos casillas hacia adelante y después otra en diagonal, como si fuera a matar una ficha imaginaria. «Sólo las mueven y las nombran, no podemos pedirles más» interviene Javier Mezquida, experto en psicología.

De la mano del director del centro, José Antonio Sempere, ha introducido el ajedrez como actividad extraescolar en la escuela infantil, con la pretensión de incluirla como una materia más del horario escolar desde el curso que viene «porque está dando muy buenos resultados», apunta el director.

Daniel también distingue los peones de las torres y Carmen incluso juega con los mayores. Están sentados unos frente a otros con la vista fija en el tablero y a la espera de que el contrincante mueva ficha. «La práctica del ajedrez les enseña a saber estar, a respetar al contrario, les ayuda a concentrarse y la estrategia del juego es muy importante en la vida cuando son más mayores», explica Mezquida. Les enseña a estar tranquilos y a guardar turno, algo que pone en práctica incluso con niños autistas o que padecen asperger y TDH o hiperactividad.

Marionetas

«De la misma forma que ponemos ruedecitas a una bici porque queremos que aprendan a llevar una bicicleta, con el ajedrez trabajamos su capacidad cognitiva y lo que aprenden lo pueden usar de mayores». Javier Mezquida se refiere a buscar y conseguir objetivos, como la carrera o el trabajo que nos guste a lo largo de la vida.

Tras las primeras diez sesiones, los papás llegan encantados con los avances de los niños. «No sabe hablar apenas pero dice perfectamente torre y peón», dice una de las mamás. Que conozcan las piezas y sus colores les gratifica. Se les introduce con las marionetas de un guiñol para que conozcan las piezas y su función entablando diálogos entre ellas. Después, en grandes puzles, montan el tablero y, más tarde, se sientan a jugar. «Es la filosofía del centro, que jugando aprendan. Solo hay que adaptarlo a las edades», añade el director. Como lección final asimilan que uno gana y otro pierde, así como el concepto de seriación que tanto les ayudará en la lectura y las matemáticas.