¿Qué método uso con Luis para conseguir esta recuperación tan espectacular?

Yo lo llamo rehabilitación en tres ejes. Lo primero es el ejercicio vigoroso que tiene un impacto fundamental en el cerebro. Tiene que ser un ejercicio que cueste y hay que empezar pronto. La ventana de oportunidad para rehabilitar el cerebro es de año y medio. A nosotros nos prescribieron hora y media a la semana en la Seguridad Social de rehabilitación, pero dedicamos 13 ó 14 horas al día. Con una hora y media a la semana se hubiera pasado la ventana de oportunidad.

¿También planteó ejercicios neurológicos?

Sí. El segundo eje es la atención neurológica. El cerebro es un músculo y, cuanto más lo haces trabajar, más poderoso se hace. Por eso hicimos todo tipo de tareas para fortalecer las áreas cerebrales. Trabajábamos la memoria con tareas sencillas como cartas en parejas, cálculo, juegos de atención, etc. El tercer eje serían las medicinas y compuestos nutricionales que mejoran las capacidades cognitivas y que no se prescriben. A Luis le administraba vitaminas, aminoácidos, antioxidantes, es lo que yo encontraba en los libros. Las últimas 90 páginas del libro recogen todos estos componentes y los estudios en los que se recomiendan. Él a veces se quejaba. Por ejemplo, todas las mañanas le daba un zumo de aceite de pescado que sabía asqueroso.

¿Este sistema es aplicable a cualquiera que tiene daños cerebrales?

Sí. Todo esto es válido para cualquiera que haya tenido un accidente cerebral, un ictus o cualquiera que quiera conservar el cerebro en perfecto estado.