En los baños de las habitaciones de la Unidad de Terapia Metabólica los inodoros tienen un curioso diseño, que responde en realidad a una medida de seguridad: la de aislar por completo la orina de los pacientes. A través de este fluido se expulsan los residuos del tratamiento, lo que hace que resulte altamente contaminante. Por esta razón, las micciones van por un desagüe especial, que las conduce unos depósitos especiales situados bajo la misma unidad. Cada uno de estos almacenes tiene una capacidad de 5.000 litros, y en ellos queda depositada la orina por un plazo de seis meses, transcurridos los cuales ya se desecha porque el riesgo de contaminación ha pasado. Esto supone una garantía añadida para el personal sanitario, los familiares de los pacientes y el resto de usuarios del hospital en general. Por otra parte, también cabe destacar que las habitaciones están vigiladas por circuito cerrado de televisión, para mantener controlado al paciente si es necesario. Asimismo, y dado que el aislamiento ha de ser total, las estancias disponen de un comunicador para que el usuario pueda contactar a través de él con médicos y enfermeros. A. T.