El recorte de aulas para el próximo curso escolar puede afectar a 40 unidades de enseñanza en valenciano en el conjunto de la provincia, según los datos que maneja la Federació Escola Valenciana. La entidad denuncia que en el arreglo escolar que se ha publicado en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) sólo aparece la supresión de ocho unidades de Infantil o de Primaria donde las clases son exclusivamente en valenciano, pero que, además, se plantea la eliminación de otras 32 aulas en centros que ofrecen enseñanza en castellano o valenciano. La plataforma teme que estos ajustes acaben afectando sobre todo a grupos que reciben las clases en esta última lengua.

Escola Valenciana anunció hace unos días el inicio de un proceso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia (TSJCV) para pedir que se anule el arreglo escolar, que en conjunto puede suponer la eliminación de 53 aulas de Infantil y la pérdida de 70 puestos de maestros. La mayoría de los centros afectados tienen líneas en castellano y valenciano, y aún no se puede determinar a cuál afectaría el recorte. En ocho casos sí está claro, ya que toda la enseñanza en esos colegios es en la lengua autonómica.

Entre ellos sobresale el Joaquín Sorolla de Alicante, uno de los pocos de la capital donde las clases son únicamente en el idioma de Ausiàs March.

Los restantes municipios que seguro se verán afectados por este recorte son Dénia, Xàbia, Callosa d'en Sarrià, Planes y Monóvar; en este último, el ajuste se refiere al colegio de la pedanía de Cases del Senyor y tiene consecuencias graves, ya que implica el cierre del centro. Desde Escola Valenciana lamentan que «la calidad no se mide en números» como los utilizados para justificar la supresión de aulas, y que «no es igual quitar un aula en valenciano en Alicante que en Morella», por la función de impulso al uso social de la lengua que la escuela puede tener en el primer caso. La entidad insiste, en este sentido, en la labor pedagógica de la enseñanza en valenciano en zonas urbanas donde su uso en la calle ha disminuido. «Quitar aulas ahí es atacar directamente la competencia lingüística», afirman. «No se tiene en cuenta la diversidad del centro», sino que «privan al alumnado de una enseñanza de calidad».