Quién no conoce ahora la figura de Miguel Hernández, quién no ha estudiado su obra o leído sus poemas. Sin embargo, cuando el centro consiguió llevar su nombre, en 1976, era por completo desconocido ya que estuvo prohibido por el franquismo, de ahí que el instituto alicantino esté orgulloso de haber contribuido a la difusión de su vida y obra a través de diversas iniciativas como la exposición permanente abierta a visitas de escolares y del público en general en el edificio ubicado en el barrio de San Blas. «Conseguimos que hubiera paz entre la familia y la fundación del poeta para poder tener esta muestra, que era la prioridad», explica Carmen Miralles, directora del centro, que recogió en la gala del jueves el galardón concedido, que nació como Instituto Femenino y que ha formado a 40.000 alicantinos en este medio siglo, guiados por 1.200 profesionales entre docentes y personal de administración y servicios.

La exposición permanente es una recopilación de los fondos que se expusieron en Madrid, en la Biblioteca Nacional, en el centenario del nacimiento del poeta, en formato reproducción. «Hay escritos, fotografías, documentos históricos, correspondencia del poeta, aparte de documentos oficiales, notas de cuando iba al colegio, su ficha de la cárcel, los cuentos que escribía a su hijo desde prisión cuando nació, y por supuesto, poemas. Fue inaugurada en 2010». Antes hubo otra que se modificó con la remodelación del centro.

Para toda la familia del instituto, el futuro es esperanza. «Estamos ante un nuevo cambio de ley, participando en el contrato programa, que nos da un poco más de autonomía, ya que podemos atender a los alumnos en las necesidades que detectamos, solicitándolo a la Conselleria de Educación. Da un poco más de margen de maniobra. La nueva ley va en esa línea y hay mucho que proyectar, mucho camino por andar. Mientras haya alumnos, hay tarea». Este programa permitirá mejorar el horario, «en lo que podamos» de alumnos que estudian Secundaria y que a la vez se forman en Música y Danza en los conservatorios, «hay que cuidarles porque tienen maratonianas jornadas. Intentaremos que puedan conciliar mejor su vida y optimizar el tiempo, con convalidaciones».

Porque el Miguel Hernández no solo imparte Secundaria y Bachillerato, también ciclos formativos en Hostelería y Turismo en colaboración con el CDT, y programas de cualificación profesional inicial. «Queremos agradecer que estos 50 años hayan sido posibles de la manera que lo han sido, hemos aprendido todos tanto, que solo se me ocurre dar las gracias. Seguiremos otros 50 años al pie del cañón por la enseñanza pública y por la educación de los jóvenes y no tan jóvenes, ya que tenemos alumnos de hasta 68 años en FP, personas que vuelven de la Universidad, o vienen a hacer el máster de profesores de Secundaria que también tenemos».