Son 750 festeros, divididos en 23 filàs gracias a la reincorporación este año de los Mudéjares, una de las más antiguas agrupaciones del bando moro, que ha sido refundada por festeros de Hogueras, Semana Santa y otras celebraciones. Los Moros y Cristianos de San Blas han sabido plantar cara a la crisis puesto que no dejan de crecer a la vez que mantienen viva la llama de una tradición de más de 70 años con iniciativas que atraen a vecinos y comerciantes del barrio de Alicante en que están enclavados, como la Ruta Festera de la Tapa, ya consolidada, o el concurso de escaparatismo. Este certamen será la gran novedad la próxima edición festera, en la que también engalanarán los balcones de los vecinos por donde transcurren las Entradas.

«Vamos a seguir con lo que empezamos hace dos años porque, pese a la crisis, seguimos en la brecha. Hemos crecido en festeros y para nosotros es una alegría que entre gente nueva, que no sea la de siempre la que rote. Nuestra idea sigue siendo involucrar a los vecinos y comercios del barrio para que seamos todos un equipo», explica Virgilio Pérez Mercader, presidente de la Junta Central de Comparsas de los Moros y Cristianos de San Blas. Pero el gran caballo de batalla de esta celebración es conseguir que esta fiesta sea más conocida y valorada en Alicante. «Quizá se nos reconoce más a nivel provincial, sobre todo por quienes entienden de Moros y Cristianos, que en nuestra propia ciudad. Es nuestra asignatura pendiente», afirman. Por ello, sienten que el «Importante» de INFORMACIÓN puede ser el «espaldarazo» definitivo, «aunque solo estar ahí fue para nosotros un tremendo premio y un honor, compartiendo escenario con representantes de ámbitos tan necesarios como la medicina, la investigación, la labor social, la cultura, la moda o el deporte».

Pendiente de todos los detalles, este año la Junta de Comparsas de San Blas ha decidido retrasar las fiestas al tercer fin de semana de julio para que las Entradas no coincidan con los partidos finales del Mundial de Fútbol de Brasil. Será entonces cuando tomen de nuevo las calles con sus boatos y su cuidada puesta en escena musical. «Cuando vamos por la provincia, nos admiran sobre todo por la apuesta musical. Nuestras capitanías y alferecías son dignas de cualquier pueblo de primera línea que celebra Moros y Cristianos. Todas las filàs, sean o no cargos, cuidan la música, traen muchas bandas, con un amplio repertorio». Aunque la mayoría de los trajes con que desfilan son en propiedad, buscan las espadas especiales o ropajes de estreno en Alcoy, con cuyas fiestas tienen gran sintonía, aparte de considerarlas la madre de los Moros y Cristianos. La relación entre ambas va «in crescendo», con colaboración de los Cides de San Blas en los boatos alcoyanos, y visita de los cargos de Alcoy a sus hermanos samblasinos para disfrutar de las Entradas bajo el sol alicantino.