Los discapacitados siguen plantando cara al copago de servicios y anuncian que no descansarán hasta que el Consell elimine esta norma. Este fin de semana darán un paso más al iniciar una campaña para que las familias se declaren en desobediencia frente al copago. Así lo anunciaron ayer miembros de distintas plataformas y asociaciones de discapacitados que mañana han convocado una gran manifestación para protestar por la implantación de esta medida en la Comunidad Valenciana que obliga a las familias de los dependientes a realizar un importante desembolso al mes por acudir a residencias, centros de día o centros ocupaciones.
«Este fin de semana vamos a comenzar una recogida de firmas entre las familias que se han visto afectadas por el copago y después llevaremos la campaña a los centros con el objetivo de que el mayor número se declaren en insumisión y digan que no van a pagar este dinero», señaló ayer Lucía Blanco, trabajadora de un centro de discapacitados y miembro de la asociación Discapacidad en Marcha. Miguel Ángel Consuegra, del Cermi Alicante, señaló ayer que «ante esta convocatoria, la conselleria nos ha citado el lunes en Valencia a una reunión para abordar el tema, pero nosotros no vamos a parar hasta que no se derogue. No aceptaremos ninguna rebaja en la norma, sólo su eliminación».
Por su parte, Miquel Martorell, de la Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia señaló ayer que el copago de los servicios está dejando al borde de la ruina a muchas familias «a las que no les queda dinero para hacer frente a los gastos más cotidianos». El copago de los servicios se ha sumado al que hace poco más de un año comenzó a aplicarse en los medicamentos y productos de ortopedia. «Esto es un acoso y derribo al sector más empobrecido de la Comunidad Valenciana», señala Martorell.
Para el presidente de la Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia, «la administración quiere reducir el déficit público a costa de los dependientes y no es una cuestión de crisis, sino de pura ideología ultraconservadora».
Aunque la mayoría de los centros de discapacitados se están negando a aplicar el copago, los representantes de las tres asociaciones aseguraron ayer que en algunos sí que se ha adoptado la medida, lo que está provocando graves consecuencias. «Algunos usuarios han tenido que dejar de utilizar estos servicios porque no pueden pagarlos».
Los responsables de estas plataformas creen que si finalmente se ven obligados a cobrar a los usuarios «el servicio que se va a prestar será de peor calidad porque habrá que recortar en personal, material...». Y si finalmente los discapacitados no pueden hacer frente a este desembolso «se verán obligados a quedarse en casa, como muertos en vida, sin recibir la atención que requieren».
La manifestación de mañana arrancará a las 18 horas desde Luceros y recorrerá la avenida de la Estación, hasta la plaza de la Estrella, Maisonnave y terminará en la Casa de las Brujas.
