Rachas de viento de hasta 80 kilómetros hora empujaron las llamas de un incendio originado por causas desconocidas hasta apenas 50 metros de una gasolinera próxima a las partidas rurales de El Planet y Foia del Ca en Benidorm. Fue el suceso más alarmante de una jornada azotada por la fuerza del aire que dejó su huella por toda la provincia. El fuego, que arrasó una hectárea de pino y matorral en una zona despoblada, se expandió desde su foco, situado a unos 300 metros de la estación de servicio, empujado por el aire y frenado en su evolución por la carretera CV-70 que hizo las veces de cortafuego en uno de los frentes de avance. Fuentes de la Policía Local de Benidorm informaron de que pese a que la gasolinera fue desalojada y la vía cortada al tráfico por los 18 agentes locales movilizados, los efectivos de bomberos -30 desplazados en ocho vehículos- lograron detener el avance de las llamas a 50 metros de la instalación. A la medianoche el fuego estaba controlado sin que se hubiesen registrado más daños que la pérdida de vegetación.

La borrasca Stephanie, como ha sido bautizada la ciclogénesis explosiva que está atravesando la península, se dejó sentir ayer en la provincia con fuertes rachas de viento que alcanzaron los 90 kilómetros por hora en Elche y El Altet y los 91 en el aeropuerto, pese a lo cual no se vio afectado el tráfico aéreo ya que no se tuvo que desviar ni cancelar ningún vuelo, según informaron desde la terminal. Las temperaturas se resintieron y a media tarde se veía la montaña blanca desde la playa de San Juan puesto que nevó en las sierras de Aitana, Els Plans y Serrella. El viento provocó el cierre de colegios y las flotas de Torrevieja, y parcialmente las de El Campello y Santa Pola, se quedaron amarradas.

En Alicante, las fuertes rachas provocaron más de una veintena de salidas de los bomberos y la Policía Local para retirar toldos, sanear balcones, ventanales, cristaleras, antenas y postes eléctricos, retirar carteles y anuncios publicitarios, e incluso un árbol que se precipitó en la calle Rafael García Vidal, lo que obligó a cortar el tráfico. La Policía Local también tuvo que cerrar el acceso al puente en el viario que une el cementerio municipal con el PAU 1 por el riesgo de caída de los paneles de protección. Lo mismo ocurrió a mediodía en la céntrica calle Calderón, hasta donde se desplazaron dos dotaciones para asegurar la fachada de un edificio del que se habían desprendido cascotes. También se desprendieron ventanales en la Rambla y placas de uralita en Doctor Bergez y en la calle Postigo, en Villafranqueza. En Palangre fue retirado un cartel. En el barrio de Tómbola un muro en la obra de reforma de una vivienda unifamiliar de la calle Padre Francisco se precipitó sobre un coche estacionado, destrozando el cristal trasero del vehículo, perteneciente a un vecino. Los testigos explicaron que oyeron un gran estruendo y que el viento tiró la pared en obras. Contaron más de 100 ladrillos en el suelo.

Además, una dotación de bomberos acudió al Camí de Piqueres de Rabassa para sofocar rescoldos de una quema controlada de rastrojos que se hizo el domingo, reavivada por el viento. A primera hora de la tarde lo dieron por controlado, aunque permanecieron en el lugar removiendo escombros, restos de broza y matorrales para evitar la propagación. El viento se dejó sentir especialmente en la Explanada, el parque de Canalejas, y en las proximidades del hotel Riscal, donde volcaron contenedores. También arrancó papeleras por la ciudad. En Padre Recaredo de los Ríos y Juan Sanchís se retiraron carteles publicitarios.

En l'Alacantí los bomberos del Consorcio Provincial realizaron varias salidas a El Campello, Xixona y Agost por caída de árboles, carteles o antenas. La Policía local de San Vicente intervino al desplomarse un árbol en la calle Calderón de la Barca y aseguró algunas planchas en unas naves del polígono Canastell. En El Campello los agentes acudieron a la urbanización Alkabir, donde se taló otro árbol ante el riesgo de que el viento lo derribara y aseguraron unas chapas en el polígono de El Messell. Aunque no se decretó el cierre del Puerto, sólo salieron dos de once barcos. En La Vila faenaron dos de los 43 barcos que hay, lo que supondrá pérdidas de entre 30.000 y 40.000 euros, según la cofradía de pescadores. En Altea faenaron seis de las ocho barcas que tienen, y en Benidorm la Policía recibió entre 20 y 30 llamadas sobre persianas y toldos que amenazaban caída.

Blanco manto

Además, se registró una ligera nevada en los puntos más elevados de las comarcas del interior norte de la provincia. La precipitación empezó a caer alrededor de las diez de la mañana en las sierras más elevadas de l'Alcoià, El Comtat, la Foia de Castalla, l'Alacantí y las Marinas Alta y Baixa, formándose un leve manto blanco de apenas un centímetro de espesor en la Sierra de Aitana, así como en otros parajes cercanos como Serrella o Els Plans. El viento, que en toda la zona fue intenso, provocaba la formación en estas montañas de auténticas ventiscas, con una sensación de frío extrema.También se dejaron ver los copos de nieve de manera puntual en poblaciones elevadas como Alcoleja, Penàguila o Benifallim, aunque sin mayores consecuencias.

Los bomberos del Baix Vinalopó también atendieron numerosos avisos de antenas caídas, cristales rotos, pequeños incendios y árboles que cedieron a las fuertes rachas, como ocurrió en Perleta, donde una palmera cayó sobre un tendido eléctrico. Una palmera de grandes dimensiones cayó en el patio del colegio Baix Vinalopó cuando los escolares ya habían regresado a sus aulas tras el recreo. Los agentes cerraron el Parque Municipal por precaución.

En Santa Pola la mitad de la flota de arrastre y trasmallo, unas 40 embarcaciones, se quedaron en el puerto debido al temporal, según informaron desde la Cofradía de Pescadores de la villa marinera. Los expertos aseguran que las intensas rachas pueden tener efectos devastadores en los almendros en flor, y en las hortalizas de invierno en plena producción como las alcachofas, las habas, el brócoli, el romanesco o la coliflor.

En Petrer los bomberos retiraron la cornisa suelta de un edificio de la calle Gabriel Miró. En Elda desmontaron un cartel y una canaleta desprendida en la calle Pablo Picasso y en la plaza Simón Bolivar respectivamente. En La Encina un pino se precipitó sobre la calzada arrancado por una ráfaga de viento y estuvo a punto de golpear a un vecino. En Villena, la brigada de Obras acordonó un solar de la calle Navarro Santafé para impedir el paso de vecinos por la calzada, al romperse el cristal de las ventanas.

En Torrevieja, el aire derribó un cartel turístico de grandes dimensiones de la marca turística Costa Blanca en el recinto portuario, cerca de la lonja pesquera y el acceso peatonal desde el paseo de La Libertad. La fuerza del viento arrancó los cimientos de los dos puntales en los que estaba anclado el cartel. Los bomberos retiraron placas de metal desprendidas del vallado de un solar en construcción en la avenida de París y ramas de árboles derribados junto al Palacio de Justicia. La flota de cerco, en torno a una veintena de barcos procedentes del resto de la provincia, Murcia y Almería, se quedó amarrada en la madrugada del domingo a lunes por el fuerte oleaje.

En Orihuela, las fuertes rachas de viento provocaron desprendimientos en la iglesia de San Agustín, cubierta actualmente por una lona por peligros de desprendimientos. La Policía precintó el acceso a las oficinas y los empleados tuvieron que hacer guardia por turnos en la puerta para desviar al público.