La opción no deja lugar a dudas: Acabar la carrera y engrosar la larga lista del INEM, o alargar los estudios y poder optar a un puesto de becario en alguna empresa, cotizando a la seguridad social y con un salario que, aunque mínimo, es mejor que nada.

Lejos quedan los tiempos en los que lo que deseaba un universitario era acabar la carrera cuanto antes, olvidando apuntes y exámenes, para introducirse en el mundo laboral de los adultos. El fantasma del paro está echando para atrás a los estudiantes y ya son uno de cada cinco, en los últimos cursos universitarios en la provincia, los que alargan su carrera para poder obtener unas prácticas relacionadas con su formación y que, además, son remuneradas.

Borja Cabrera debería haber terminado sus estudios de Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones el pasado mes de septiembre, pero decidió alargar la presentación de su proyecto final de carrera un año, a pesar de haberlo terminado, a cambio de unas prácticas internas de radio en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche: «Tenía el proyecto acabado y listo pero durante el verano vi la oferta de prácticas, me cogieron, y entonces decidí posponerlo un año para poder ser becario y obtener experiencia laboral», comenta.

Obtiene un sueldo de 450 euros al mes por cinco horas de trabajo al día. Cuatro euros y medio la hora. Además, da la casualidad de que Borja vino a ocupar el puesto de otro becario de Telecomunicaciones «que también decidió alargar la carrera para obtener el puesto», asegura.

El curso anterior 7.761 estudiantes formaban parte de las listas del Observatorio Ocupacional de la UMH, que se encarga de la gestión de las prácticas universitarias en empresas. De ellos, 3.962 consiguieron entrar en alguna empresa para completar su formación, por lo que más de la mitad consiguió ser becario, aunque tan sólo un 36,8% recibe un salario de 385 euros de media.

Incremento

Otro millar de estudiantes de la Universidad de Alicante (UA) lograron prácticas externas voluntarias y remuneradas el curso pasado, y desde septiembre de 2013 el Gabinete de Iniciativas para el Empleo (GIPE) ya ha gestionado otras 600. «Es destacable el gran incremento de solicitudes de prácticas experimentado el último año, especialmente en las titulaciones a extinguir de Ingenieros Superiores en Informática, Ingenieros Técnicos, e Informática de Gestión y Sistemas», subraya María José Parra, responsable del servicio. Con estos alumnos se han gestionado ya 147 prácticas.

Pero las carreras que más prácticas remuneradas consiguen son las de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, la mitad de las gestionadas el curso pasado por el GIPE. Lorena Menárguez Bailén es un ejemplo de ello. Cuando le quedaba un año para acabar ADE (Administración y Dirección de Empresas), con una asignatura atragantada, Econometría 2, se enteró por sus amigas de que podía «compaginar las prácticas con los estudios y, encima, ganar dinero, 365 euros por media jornada en Securitas Direct España».

Hasta ese momento había trabajado para pagarse los estudios en tiendas, de cara al público, «nada relacionado con lo mío. Ahora es muy distinto. Te dan facilidades para hacer los exámenes, tiempo para estudiar, y experiencia». Lo de Lorena ha sido además como una lotería, porque empezó en mayo «y sigo allí, con un contrato en toda regla desde que empezó el año, unos 800 euros por media jornada. Es un trabajo muy bueno», confiesa feliz.

Ha gustado en la empresa y se ha quedado. Lleva contrataciones, contabilidad, la gestión administrativa. «He tardado siete años en sacar la carrera, y uno de Erasmus en Austria. Todo lo doy por bien empleado».

En las encuestas que el Observatorio Ocupacional de la UMH realiza a los titulados que han encontrado un puesto de trabajo, las prácticas realizadas durante la carrera suponen el segundo motivo de acceso al puesto, solo por delante de los contactos personales, que siguen ocupando el primer puesto a la hora de conseguir un empleo, según señala el responsable del servicio, Domingo Galiana. «Aunque es cierto que la mayoría de prácticas son sin remunerar, -tan solo un 36,8% las logró remuneradas-, hay que tener en cuenta que los datos de la UMH también incluyen las prácticas obligatorias de algunas titulaciones», porque existen enseñanzas en las que es necesario realizar trabajos en empresas para superar el Practicum, como las pertenecientes a las Ciencias de la Salud o Derecho.

Requisitos

No obstante, la universidad recomienda, tanto a las empresas como a los estudiantes, «que opten por remunerar estas becas, ya que tanto la empresa como el estudiante salen ganado; por un lado, el alumno está más motivado con su trabajo; y por el otro, la empresa puede exigir más ya que está pagando por ello», añade Galiana.

Estela Galván también acabó la carrera de Podología hace unos meses, pero alargó su estancia en la universidad durante más de un año y medio matriculándose una y otra vez de una asignatura optativa que ni tan siquiera tuvo que realizar, ya que la convalidó con los créditos obtenidos durante sus prácticas. Todo gracias a que consiguió un puesto como monitora de Pilates y Zumba en el Palacio de Deportes de la UMH mientras era alumna.

A los tres meses ascendió a coordinadora de las actividades multidisciplinares del Palau. Su sueldo: 12 euros por cada clase impartida -cuatro a la semana-, más otros 500 por la coordinación del espacio, 692 euros en total. Terminó la carrera «porque no tenía más remedio, aunque no me importaría haberla alargado o meterme a estudiar un master para seguir colaborando, tal y como me ofrecieron», confiesa.

Son los requisitos para lograr una de estas codiciadas prácticas que se denominan preprofesionales: haber superado el 50% de los créditos de la carrera -ya se trate de las antiguas titulaciones a extinguir o los nuevos grados- y estar matriculado en el curso académico en el que se realizan las prácticas; o estar matriculado en cualquier master oficial o título propio en el curso académico en que realiza las prácticas.

El caso de Alejandro Rebollo, en Publicidad y Relaciones Públicas en la UA, es algo especial. A sus 44 años ya ha trabajado durante veinte años tras acabar el ciclo de Auxiliar Administrativo de Formación Profesional 1. Estuvo en la oficina de los autobuses Alsa, en El Corte Inglés, Terra Mítica y Prosegur. Finalmente se enganchó de nuevo en la UA, con Publicidad: «Tenía muchas ganas de esta carrera». Desde el lunes hace prácticas en Gestión Activos Inmobiliarios del Mediterráneo, «aplicando lo que aprendo en la Universidad». Cobra 395 al mes y le han dicho que tiene posibilidades de quedarse en la empresa, que gestiona activos inmobiliarios bancarios a nivel nacional.

Doble beneficio

El beneficio que logran es doble: además del económico, los universitarios adquieren experiencia laboral con la que poder mejorar su currículum a la hora de acceder a un puesto de trabajo, más allá de los conocimientos teóricos. Todo un privilegio, apunta Lorena. Pedro también es de los que ha prolongado su carrera a propósito. Lleva ocho años estudiando una Ingeniería Técnica en la UMH, cuando el plan contempla una media de tres años de estudio. Comenzó alargándola porque no podía compaginar los estudios con su trabajo, que finalmente perdió y ha sustituído por prácticas en el área de informática del Hospital Vinalopó, con un sueldo de 500 euros.

Es consciente, tal y como le sucede a Alejandro, de que su caso no es único: «Conozco a compañeros ­-asegura Pedro- que han decidido estudiar una segunda carrera solo por tener la opción de hacer prácticas». En estos tiempos de crisis resulta más probable encontrar un puesto de becario que obtener un contrato laboral.

CondicionesPrácticas que cotizan pero sin derecho a paro

Estas prácticas cotizan a la Seguridad Social, aunque en un régimen especial. Los alumnos cubren la asistencia sanitaria, se les garantiza el cobro de su sueldo ante una baja por enfermedad, y contabilizan en la vida laboral del estudiante. El único derecho no reconocido es el de cobrar paro una vez finalizado el periodo de becario. El régimen de cotización también es diferente: la empresa aporta 34,72 euros por becario contratado, mientras que éste asume los 6,09 restantes. Los estudiantes podrán realizar hasta 900 horas de prácticas por curso académico, y han de tener, al menos, el 50% de la titulación aprobada.