Otro proyecto que se queda en el cajón. El Tribunal Supremo ha anulado definitivamente -no ha lugar posibilidad de recurso- el proyecto que aprobó la Conselleria de Infraestructuras, en marzo de 2007, para la construcción en Alicante, en la zona conocida como la Serreta, junto al polígono industrial del Pla de la Vallonga, de un macrocentro logístico que se anunció como polo de atracción de las empresas para relanzar la exportación provincial, e impedir, así, el embarque de mercancía desde el puerto de Valencia.
La tramitación administrativa del proyecto se fue desarrollando sin problemas hasta el otoño de 2011, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana dictó una sentencia en la que anulaba el proceso para expropiar los terrenos (700.000 m2) por «ser contrario a derecho». La Generalitat interpuso recurso de casación ante el Supremo, pero paró las expropiaciones el 17 de abril de 2012. Ahora, el nuevo fallo, definitivo, y que se conoció la semana pasada, aunque se dictó el 13 de diciembre de 2013, anula todo el proyecto sin que haya intención, de momento, de recuperarlo desde la Conselleria de Infraestructuras, sin un euro en caja.
Lo cierto es que el objetivo de la Generalitat era construir el parque logístico junto a la iniciativa privada. De hecho, la Federación Provincial de Empresarios de Transportes de Mercancías (Fetrama) llegó a un acuerdo con Infraestructuras para lanzar el que sería primer parque logístico de Alicante, un recinto al norte del polígono industrial del Pla de la Vallonga, que, tanto la patronal como el Consell, consideraban clave para catapultar la actividad logística de la provincia. Un sector que se desarrollado de forma muy atomizada, lo que le ha restado competividad, como lo demuestra el hecho de que el 30% de las mercancías que se exportar por mar y se generan en Alicante utilizan el puerto de Valencia para llegar a sus destinos. De hecho, el parque contaba con una terminal ferroviaria para los trenes de mercancías de 700 metros de longitud.
El parque se iba a construir junto a la circunvalación de Alicante (A-70), y a ocho y nueve kilómetros, respectivamente, del puerto y el aeropuerto de Alicante-Elche lo que permitiría el intercambio de mercancías entre cuatro modos de transporte. Una ubicación ideal porque la exportación de la provincia se canaliza fundamentalmente a través del Corredor Mediterráneo.
