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Una asesoría externa recomienda realizar pruebas de resistencia en varios colegios

Profesionales técnicos externos han acabado su trabajo en la provincia tras visitar los más de cien colegios e institutos cuya construcción data de antes del año 1975

El hundimiento de un aula en Santa Pola ha obligado a revisar todos los centros. diego fotógrafos

El repentino hundimiento de un aula en el colegio La Hispanidad de Santa Pola, que provocó heridos, obligó a la Conselleria de Educación a comprometer tres millones de euros para revisar los centros escolares por orden de prioridad en función de las deficiencias informadas por los propios directores.

Profesionales técnicos externos han acabado su trabajo en la provincia tras visitar los más de cien colegios e institutos cuya construcción data de antes del año 1975 y en su informe recomiendan que se lleven a cabo pruebas de resistencia de la estructura en algunos de los centros.

El director territorial, José Antonio Rovira, sostiene que en ninguno de ellos existe peligro alguno «porque en ese caso habríamos actuado ya, sin necesidad de informes técnicos», y que a lo largo de este año se irá actuando según marque ahora el equipo técnico dependiente de la conselleria.

La gran mayoría de las deficiencias detectadas en los centros escolares apuntan a defectos de carpintería metálica y de instalaciones eléctricas, reparaciones que según concretan en Educación rondarán entre los 6.000 y los 12.000 euros. «Son pequeñas intervenciones que iremos realizando este curso para mejorar las instalaciones», señalaron.

Daños

Las pruebas de resistencia de estructuras escolares recomendadas «se valorarán ahora por nuestros técnicos para llevar a cabo una segunda revisión». El director territorial afirma que se dispone de fondos para intervenir en los centros que lo necesiten e insiste en que en ninguno de los casos existe riesgo» para la integridad.

Otras fuentes consultadas al respecto corroboran que ante la mínima grieta detectada, los técnicos recomiendan que se lleven a cabo pruebas de resistencia alternativas, aunque la estructura del centro escolar no revista riesgo alguno.

En los casos en los que los equipos directivos de los centros no han alertado de ninguna deficiencia, pese a tratarse de centros cuya antiguedad ronda los 40 años, los equipos técnicos han actuado «de oficio».

Al mismo tiempo, en los centros escolares en los que se detectaron patologías más graves, como el Rafael Altamira de El Campello o Salvador Ruso de Torrevieja, la dirección territorial asegura que «ya se ha intervenido y reparado lo más grave».

El presidente de la Junta Docente provincial, Juan Salvador Vidal, confirma que a los representantes docentes, preocupados por la marcha de la revisión prometida de las infraestructuras escolares, se les ha informado de que ya se han llevado a cabo todas las evaluaciones de centros pertinentes y de que se dispone de un apartida económica concreta para abordar las cuestiones menores detectadas.

«Por ejemplo estábamos preocupados por el Príncipe Pío de Rojales, pero es cierto que no se ha detectado ninguna alarma sobre los centros revisados. Nuestra reclamación apunta a que no se revisen solo los más antiguos porque no necesariamente los mas antiguos son los que peor estructura pueden tener. A excepción de algún algún desprendimiento puntual no hay deficiencias graves».

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