«Si no conseguimos apoyo de las instituciones en Alicante, ni en España, ¿por qué no lo intentamos en el Parlamento Europeo?». Esta es la propuesta que lanzó hace un par de meses el historiador Emilio Soler a sus compañeros de la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica y que se ha plasmado esta semana en la visita a Bruselas de una quincena de miembros de la comisión que han pedido la ayuda de Europa para financiar el monumento en el puerto en recuerdo de los republicanos que marcharon al exilio, y que han buscado, sobre todo, el apoyo moral de las instituciones europeas en su objetivo de que se declare 2014 como Año de la Memoria, al cumplirse el 75 aniversario del final de la Guerra, y que Alicante pueda ser Ciudad de la Memoria por su papel como último bastión de la República. También han pedido una declaración del Parlamento Europeo que repudie el olvido y reconozca e identifique a las víctimas del franquismo, así como la anulación de la sentencia contra el poeta Miguel Hernández, un símbolo de los miles de españoles que fueron objeto de juicios sumarísimos.

Con la esperanza de lograr «lo que aquí nos niegan», los alicantinos prepararon a conciencia su viaje a Bruselas a donde han acudido, cargados con la documentación y los libros publicados en sus diez años de existencia, invitados por el eurodiputado socialista valenciano Vicent Garcés, quien, nada más recibirlos en Bruselas, resaltó la importancia de la visita dado que, la alicantina, es la primera comisión de la memoria española que acude al Parlamento Europeo en busca de apoyo. Garcés aludió a la tradicional tibieza del Parlamento Europeo con respecto al franquismo: «Aquí han venido peticiones de víctimas que en algunos casos se han archivado y en otros se han debatido, pero Europa habitualmente se excusa diciendo que estos temas dependen de otras instituciones». Con todo, «venís en buen momento. Hay que seguir insistiendo para que finalmente ese pacto de silencio y de desmemoria que hubo en España se rompa con la ayuda de Europa».

Apoyos

Los miembros de la comisión cívica alicantina se han entrevistado en Bruselas con el vicepresidente del Parlamento Europeo, Miguel Ángel Martínez; con el coordinador del grupo socialista en el Comité de Peticiones, Víctor Bostinaru; y con el presidente de la comisión de Libertades Civiles y exministro socialista de Justicia, Juan Fernando López Aguilar. Además, contaron con la presencia de eurodiputados de izquierdas en la mesa redonda que han ofrecido sobre «El final de la Guerra Civil española». En todos los casos, las peticiones de los alicantinos han sido acogidas con calor y simpatía, lo que no es raro dado que estos encuentros se han realizado con eurodiputados socialistas y de Izquierda Unida. Algo muy distinto ocurre con los conservadores, tal como expusieron tanto Miguel Ángel Martínez, como López Aguilar, al indicar que, paradójicamente, Europa es sensible al tratar el nazismo o el estalinismo, pero pasa de puntillas en el tema del franquismo.

«Se abre la incógnita de las elecciones de mayo, pero no podemos engañarnos, el Parlamento Europeo tiene una mayoría conservadora», señaló el vicepresidente, resaltando las reticencias de gran parte de sus miembros al abordar la historia reciente española. «Sería implanteable que un eurodiputado conservador alemán se opusiera a condenar a Hitler, pero en cuanto hablamos del franquismo, siembre hay quienes dicen que nos empeñamos en sacar un tema que nos separa, algo que, entre demócratas, no se entiende».

En Bruselas se ha hablado sin embargo mucho estos días de las víctimas, del Stanbrook y las miles de personas que no pudieron marcharse, de las «vergonzantes» calles con nombres de golpistas, de fosas sin nombres, de juicios sumarísimos y del cierre en falso de la historia. La delegación alicantina ha vuelto, por ello, satisfecha. Siguen sin tener dinero para el monumento de Eusebio Sempere en el puerto, pero han recibido muestras de solidaridad y simpatía y alguna que otra promesa, como la de organizar una visita a Alicante de europarlamentarios para apoyar los actos organizados por la comisión en el 75 aniversario; una visita que, a ser posible, incluirá alemanes e italianos por su valor simbólico, así como a ingleses y franceses, «para compensar su indiferencia de entonces», con lo que se lograría esa dimensión europea que han buscado los alicantinos con su visita.