La ciudad de Alicante afronta hoy su tercer día consecutivo de huelga mientras en sus calles y contenedores se amontonan ya más de 400 toneladas de residuos. El conflicto sigue adelante sin que los trabajadores y la concesionaria del servicio -UTE Alicante- hayan alcanzado, por el momento, acuerdo alguno para frenarlo. De hecho, ayer las relaciones entre ambas partes siguieron tensándose.

El detonante fue un mensaje de que la adjudicataria envió al móvil de los trabajadores en el que, según los destinatarios, se recogía: «La huelga que se está desarrollando en el centro de trabajo al que usted pertenece puede no tener el soporte legal adecuado. Por esta razón, le indicamos que usted debe asistir a su puesto de trabajo, en su horario y turno habitual, atendiendo a la organización que su encargado disponga. El no asistir a su puesto de trabajo de forma continuada puede suponer la comisión por su parte de una infracción laboral, además de la pérdida de retribución correspondiente a los días de ausencia, incluyendo la parte proporcional de las pagas extraordinarias».

El comité de huelga, en un comunicado, consideraba los mensajes una «injerencia que obstaculiza» su derecho a huelga, por lo que reclamó una rectificación o, de lo contrario, el comité «se reserva iniciar todas las acciones legales que procedan para garantizar ese derecho». Por su parte, la concesionaria justificaba en otro comunicado su medida amparándose en que, a su entender, «los paros que han comenzado los trabajadores no tienen cobertura legal». La dirección de la mercantil considera que la huelga «se encuentra aplazada según el acuerdo firmado con el comité de huelga el 19 de enero -domingo por la noche- (en el que la UTE se avenía a mantener la vigencia del convenio colectivo íntegro sin condiciones durante un mes para continuar negociando)». Por ese motivo, indica que remitió ayer un comunicado al comité de empresa, al de huelga y a todos los trabajadores «informándoles de esta circunstancia y requiriendo su asistencia a sus puestos de trabajo con normalidad».

Como viene informando este diario, la huelga arrancó en la madrugada del domingo al lunes, después de que los trabajadores concentrados en las instalaciones de la empresa rechazaran el acuerdo firmado entre el comité y la mercantil horas antes. Un día después, el lunes, la mayoría de los trabajadores decidió en un referéndum proseguir con el paro. Desde el comité de huelga justificaron ayer que su actuación respondía a una exigencia de la empresa «que estaba harta de asambleas a mano alzada e insistía en someter a votación personal y secreta el acuerdo», según el comunicado emitido ayer. Una votación cuyo resultado, según UTE Alicante, todavía no se le había comunicado «formalmente».

En la jornada de ayer no se produjo la reunión a tres bandas -Ayuntamiento, empresa y comité de huelga- que se contemplaba como uno de los puntos del acuerdo del domingo. El concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, reiteró que no participaría en las reuniones porque los trabajadores, con sus votos, habían dejado claro su postura de «continuar con la huelga indefinida sin tener la oportunidad de la mediación del Ayuntamiento», como rezaba en las papeletas mayoritarias de la votación del lunes. Por su parte, la empresa informó de que, si bien tenía previsto reunirse ayer con el comité de huelga, la parte social les comunicó que el encuentro «no iba a realizarse». Los miembros del comité pasaron toda la jornada reunidos tratando de consensuar su postura ante las negociaciones que, previsiblemente, se reanudarán hoy con la empresa.

Desde ambas partes mostraron su disposición a negociar para encontrar una solución. La empresa dijo no entender «que se haya llegado a esta situación tras haber firmado dos preacuerdos» con los representantes de los trabajadores, pero mantiene su compromiso de mantener los empleos y salarios. Por su parte, desde el comité manifestaron su disposición a negociar el convenio.