Seis horas para recoger las papeleras y barrer los paseos principales del centro de Alicante desde Óscar Esplá hasta la Explanada. Ésta era la labor que tenía ayer por delante una cuadrilla formada por tres trabajadores en servicios mínimos que empezó a las siete de la mañana y terminó a la una del mediodía. Cuando les faltaba una hora de trabajo estaban en el parque de Canalejas. «Nos ha tocado la parte más turística, hemos estado por la zona de Marvá y por los paseos hasta la fachada marítima», explicaron mientras recogían desperdicios en una ciudad en la que comienzan a notarse los efectos de la huelga de basuras, aunque ellos indicaron que el fuerte viento del lunes también ha tenido mucho que ver en el aspecto que tienen las calles.

Preguntados si deseaban que la medida de presión terminara pronto, afirmaron que sí. «Lo antes posible, si puede ser. Si quiere la empresa, se puede solucionar rápidamente», aseguraron. Además, agradecieron la mediación del Ayuntamiento. «Ellos quieren solucionarlo, están por la labor, los que no lo están son nuestros superiores», concluyeron.

En otras zonas de la ciudad no eran tan visibles los servicios mínimos, ni siquiera en Maisonnave, la calle comercial por excelencia, que a la una del mediodía ofrecía una imagen muy poco habitual con la mayoría de contenedores llenos y con bolsas apiladas en los alrededores, consecuencia de la actividad comercial y hostelera, sectores a los que precisamente el Ayuntamiento pidió el primer día de huelga que almacenaran la basura el mayor tiempo posible. También les instó a sacar los desperdicios con bolsas dobles para paliar los olores y a buscar contenedores vacíos para evitar la imagen de rebosamiento que ya es visible.