La huelga de los trabajadores de limpieza y recogida de residuos arrancó esta madrugada entre momentos de tensión y pese al acuerdo alcanzado apenas horas antes entre el comité de empresa y la concesionaria del servicio, UTE Alicante. Los operarios concentrados anoche en las instalaciones de la mercantil -unos doscientos de una plantilla de 513- rechazaron de plano la suspensión del paro. Los sindicatos seguían valorando someter hoy a votación de toda la plantilla si aceptan el pacto con la empresa y si se mantiene o no el paro.

Los trabajadores han cumplido los servicios mínimos estipulados durante la primera noche de huelga indefinida, a la espera de que durante la jornada de hoy voten si aplazan durante un mes los paros para seguir negociando.

Fuentes sindicales han apuntado a Efe que la primera noche de huelga ha concluido sin incidentes destacados. Por otra parte, la concentración de apoyo a la plantilla de la UTE Alicante, responsable del servicio de saneamiento urbano, prevista para hoy, se ha desconvocado.

El acuerdo entre el comité y la adjudicataria fue fruto de una jornada maratoniana de negociaciones. En él se contempla aplazar la huelga un mes para negociar las condiciones del convenio colectivo durante ese tiempo, contando con la mediación del Ayuntamiento de Alicante, que ayer se vio abocado a mediar. Pese a la entente entre las dos partes, los trabajadores concentrados a las puertas de la empresa, en el polígono del Pla de la Vallonga, mostraron su disposición a continuar con la huelga entre insultos al comité de empresa. Fue entonces cuando los representantes de los trabajadores se plantearon la posibilidad de someter hoy a la votación del conjunto de la plantilla la decisión. De ser así, lo previsto era abrir las urnas partir de las siete de la mañana y hasta la media noche, como explicó la secretaría general de CC OO en Alicante, Consuelo Navarro, quien estuvo presente en las negociaciones como también lo estuvo el de UGT, Óscar Llopis.

En el Pla de la Vallonga se vivieron grandes momentos de tensión entre la plantilla y el comité. La atmósfera se cargó sobre todo cuando empezaron a salir los servicios mínimos -50% en el caso de la recogida nocturna de residuos y un 35% en el caso de la limpieza- bajo una importante presencia de efectivos de la Policía Nacional y Local.

Los empleados se enfrentaron a algunos miembros del comité, a quienes increparon e insultaron por el hecho de que en los camiones viajaran dos empleados, en lugar de uno como es habitual. Algo que los representantes de los trabajadores justificaron en que se trataba de una medida de seguridad para los propios operarios. En medio de la tensión, al menos seis camiones tuvieron que regresar por haberse excedido los mínimos -20 vehículos-.

A lo largo de todo el día, la concesionaria y los representantes de los trabajadores habían mantenido una maratoniana jornada de negociaciones, con la intervención del Ayuntamiento. Los trabajadores de la limpieza y la concesionaria -UTE Alicante- llegaron a alcanzar un acuerdo, pero de poco sirvió por la negativa de los trabajadores presentes en las instalaciones.

La empresa, asumiendo las reivindicaciones del comité de empresa, aceptó prorrogar durante un mes el convenio laboral que expiró el 31 de diciembre de forma íntegra y sin condición alguna para seguir negociando durante ese tiempo un nuevo marco regulador para la plantilla. Todo eso con la mediación del Ayuntamiento de Alicante, que no fue hasta ayer cuando tomó parte activa en las negociaciones.

Negociación maratoniana

Pese a la postura del equipo de gobierno local de dejar las negociaciones sobre el convenio en manos de la empresa y los trabajadores, la inminencia de la huelga obligó ayer a la alcaldesa, Sonia Castedo, y al concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, a tomar parte directa para tratar de buscar una salida. Por la mañana, ambos se reunieron con representantes del comité de empresa de la concesionaria con quienes, según Llorens, acordaron que los trabajadores plantearían ante la empresa la posibilidad de prorrogar durante dos meses el convenio laboral íntegro para seguir negociando durante ese periodo con la mediación del Ayuntamiento. La regidora y el vicealcalde también mantuvieron contactos con la empresa, que según Llorens, vio «factible» el acuerdo. El edil señala que se forzó el adelanto de la reunión que los empleados tenían previsto mantener con los representantes de la empresa ayer y que arrancó algo después de la una del mediodía. Sin embargo, a las cinco y media de la tarde, ambas partes seguían sin alcanzar un acuerdo por los condicionantes que ponía la adjudicataria referentes a los días de vacaciones y a la actualización de la antigüedad de los trabajadores, al entender que podrían darse situaciones de difícil retroceso.

Un nuevo desencuentro entre las partes que provocó que siguiesen sin acercar posturas. «Estamos molestos con la empresa», admitió entonces el concejal Llorens, quien la pasada semana, según los miembros del comité de empresa, fue clave en la ruptura del preacuerdo firmado entre trabajadores y mercantil 24 horas antes. Un preacuerdo que quedó en papel mojado y que, como viene informando este diario, garantizaba los puestos de trabajo y los sueldos, recogía una reducción de los días de vacaciones -de 43 a 37 días- con la posibilidad de permitir que se tomasen días libres en Hogueras, así como una paulatina reducción de la plantilla al dejar de cubrir las plazas vacantes.

La empresa, finalmente, accedió a prorrogar el convenio sin condición alguna durante un mes para seguir negociando un nuevo convenio, en el marco de una contrata cuyo importe se ha reducido en torno a un 20%.