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Un proyecto de arquitectura para reformar el gueto de Varsovia gana un premio europeo

Proponen agrandar las viviendas minúsculas construidas tras la II Guerra Mundial, eliminar las carreteras entre bloques y fomentar los bajos comerciales

Los seis arquitectos que han firmado el proyecto ganador para Varsovia. francisco gonzÁLEZ

Seis jóvenes arquitectos que se formaron en la Universidad de Alicante han ganado uno de los premios principales del concurso Europan con un proyecto para revitalizar el gueto judío de Varsovia que se reconstruyó tras la II Guerra Mundial en la capital de Polonia, formado por 19 bloques de 16 alturas, un enorme barrio pensado para dar cabida a mucha población, hoy despersonalizado.

Los arquitectos Francisco Almodóvar, Jorge Barreno, José Luis Llaca, Ángel Marhuenda, Salvador Ortiz y Rafael Molina eligieron este carismático barrio, que en su origen fue eliminado por los nazis, que quedó vacío y que se reconstruyó con cierto mimetismo con la ciudad antigua, al entender que hoy ha perdido su función. «El barrio se hizo siguiendo los principios del entonces movimiento moderno, salpicado de grandes avenidas para los coches, con muchos espacios verdes. Con los años se ha ido degradando y se ha convertido en otro gueto, habitado por inmigrantes. Los espacios verdes se han llenado de coches, está mal iluminado y han cerrado dotaciones. El centro, que debería palpitar más, se ha quedado encasillado junto a la zona financiera, y los espacios entre bloques no terminan de casar», explicó Rafael Molina. Sin visitar Varsovia y trabajando sobre fotografías, han conquistado al jurado del concurso en Polonia con un premio de 6.000 euros que es un respiro para algunos de ellos, ya que una parte trabaja pero otros son freelance con empleos en precario.

Los arquitectos elaboraron su propuesta para el gueto de Varsovia empezando, más que por una intervención de urbanismo, por una actuación desde dentro de los bloques y las viviendas. «Son bloques con pasillos muy largos, de accesos no adaptados, y con viviendas mínimas, de 35 a 40 metros cuadrados, que nacieron en un contexto de posguerra de necesidad extrema pero que ahora no tienen sentido». Plantearon agrandar los bloques a partir de las fachadas 2,5 metros para hacer anexiones entre los forjados, y ampliar las viviendas a partir de pasillos y galerías. El proyecto contempla recuperar jardines y árboles, eliminar carreteras internas haciendo calles para conectar los bloques con la trama urbana, fomentar la implantación de bajos comerciales, lo que mejora la seguridad del barrio, y trabajar por su identidad para que los vecinos sientan apego.

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