A José Luis Martínez Cuadrado, propietario del restaurante Les Bessones, en el barrio alicantino de Benalúa, le quedaban a mitad de semana apenas siete de los 150 décimos del 30.875 que ha puesto a la venta para el sorteo de Navidad de hoy. Los vecinos se los han quitado prácticamente de sus afortunadas manos, no en vano en enero repartió doce millones de euros entre vecinos y clientes gracias a los 60 décimos que vendió de este mismo número, que cosechó el primer premio de El Niño. Uno de ellos, Juan Martínez, un jubilado de 84 años, aún no ha tocado el dinero. «Ahí está, para mis sobrinos», dijo, repitiendo la misma frase que exclamó días después del sorteo de enero.

En el caso del propietario del bar, el dinero que consiguió (también la fortuna sonrió a varios familiares) le ha servido para ir más desahogado después de tres años «hasta el cuello». «Siempre iba muy apretado, y ahora he podido ampliar el negocio con comedor, y contratar a una persona más para los fines de semana y eventos». Martínez Cuadrado conoce situaciones de premiados que estaban en paro, de personas que tenían negocios a quienes no les pagaban los proveedores y que con el dinero están «aguantando el tirón», y le gustaría que hoy volviera a salir premiado el número, «porque ahora sí que lo lleva todo el barrio. Es difícil que vuelva a tocar pero no imposible». En ello piensa también César Mateos, gerente de la administración de lotería El Negrito, de la plaza de Gabriel Miró, que repartió en ventanilla otros seis millones de euros del 30.875. «Se ha vendido más el número, y hemos subido la consignación. Lo están pidiendo mucho», dijo.

«Fue un poco quebradero de cabeza pero una vez que supimos lo que teníamos que hacer todo fue muy bien y la gente se portó. No nos arrepentimos en ningún momento», recordó Pilar Rodríguez, presidenta de la hoguera Benalúa, que repartió por el barrio 34 millones de euros del número afortunado, parte del cual suministró al bar Les Bessones y a otros del distrito. Un porcentaje lo repartió en papeletas, una fórmula muy utilizada por las comisiones festeras, y la hoguera tuvo que validar una a una las 1.130 participaciones que vendió del número. «Todas aparecieron y el proceso al final fue rápido», dijo. Este año se han quedado sin lotería a 15 días del sorteo, y han vendido unos 40.000 euros entre papeletas y décimos. Con el beneficio del premio que se quedó la hoguera podrán plantar en Primera su monumento principal, de Carlos Albaladejo.