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El «vapeo», dudas por despejar

Los médicos piden que se regule el uso de los cigarrillos electrónicos y advierten de que llevan sustancias cuyos efectos se desconocen

En Alicante proliferan las tiendas de cigarrillos electrónicos. isabel ramón

Mari Ángeles tiene 40 años y llevaba fumando desde los 18. Ni chicles, ni parches, ni medicamentos... el remedio para que esta vecina de Elche dejase por fin el tabaco ha sido el «vapeo». Como ella, muchos adictos a la nicotina han encontrado en los cigarrillos electrónicos un sustituto perfecto.

Sin embargo, a esta nueva moda no le faltan detractores. Cardiólogos o neumólogos que opinan que su uso no es tan inocente como se quiere hacer ver, por lo que reclaman que haya una regulación clara. Mientras, en la ciudad de Alicante, cada día abren más comercios de cigarrillos electrónicos y el «vapeo» ya se ha colado en bares y restaurantes aprovechando el limbo legal existente.

«El problema es que se trata de una moda muy reciente por lo que aún no se sabe si realmente es un buen método para dejar de fumar. Faltan estudios serios, a largo plazo, dirigidos por expertos en tabaquismo», señala Eusebio Chiner, jefe de Neumología del Hospital de Sant Joan. La principal incógnita sobre sus efectos procede de los elementos que contiene. «Además de la nicotina que incorporan algunos modelos o la glicerina, que es lo que se "vapea", estos cigarrillos contienen otras sustancias cuyos efectos posiblemente cancerígenos se desconocen a largo plazo», señala Chiner.

Incógnitas que llevan a los usuarios a no saber realmente hasta que punto es mejor «vapear» o dar caladas. «Hace falta una normativa clara ya, porque esta falta de regulación que hay ahora hace que estos cigarrillos se estén vendiendo en rastrillos y mercadillos sin el más mínimo control». En caso de que se estime que éste es un buen método para abandonar el hábito del tabaco, cree Chiner, «lo lógico es que esté sujeto a la misma normativa que otros métodos, como los parches de nicotina o los chicles».

Mientras el Ministerio de Sanidad y la Unión Europea estudian si restringir o no su uso, hay algunas comunidades autónomas que ya se han adelantado, como Cataluña o Andalucía, y lo han prohibido en todas sus dependencias, incluidos colegios o centros de salud. Por su parte, la Conselleria de Sanidad señaló esta semana que estudia posibles restricciones, aunque está a la espera de lo que decida el Ministerio de Sanidad.

Por su parte, quienes comercializan los cigarrillos electrónicos defienden que son un buen recurso para dejar de fumar. «Realmente funciona, aunque tienes que estar muy mentalizado para dejarlo», explica Lucca Galletti, quien regenta un establecimiento en Alicante. Defiende además que, aunque algunos modelos llevan nicotina, «su uso es menos cancerígeno que el de los cigarrillos».

Desde otro establecimiento de la ciudad defienden su uso, «igual que están permitidos los parches de nicotina», aunque reconocen «que aún se tiene que legislar».

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