«Tenemos incluso un joven de 20 años que ha pedido hacer la Primera Comunión en un auténtico proceso voluntario de acercamiento a Dios. Aunque la Santa Faz es singular, es verdad que cada vez hay más personas que ante el carácter del Papa Francisco, su actitud y proximidad, sus palabras, su amor y ternura, se están acercando de nuevo a la Iglesia», afirma el capellán del templo alicantino, José Luis Casanova, quien ya ha tramitado más de trescientas bendiciones apostólicas firmadas por el pontífice a petición de otras tantas familias alicantinas. «Es un proceso largo el llegar a la juventud y crear un clima entre ellos de vuelta a la Iglesia pero los detalles del Papa consiguen acercar a muchos de los que estaban alejados». Esta misma semana todo un grupo del colegio Carmelitas de San Agustín se acercó caminando hasta el monasterio de la Santa Faz desde Alicante.
En la Concatedral de San Nicolás siempre hay mucho público al estar enclavada en pleno centro y ser un atractivo turístico, pero también perciben más presencia de fieles en las misas de los sábados y los domingos por la tarde, cuando se llenan todos los bancos, y en la misa parroquial de mediodía. «Hasta ahora había afluencia de turistas pero empieza a venir gente de aquí. El nuevo Papa convence a mucha gente, para muchos ha sido como una luz e incluso influye en que muchas personas se estén reconvirtiendo», coincidieron uno de los vicarios que oficia las misas, Eduardo Barragán, y el deán, Ramón Egío, quien destacó la gran cantidad de «jóvenes, gente de 30 y 40 años, que desde el verano han retomado el sentido de la confesión. Tenemos continuamente fieles en el confesionario».
Algo similar ocurre en la basílica de Santa María, polo de atracción para el turismo, y en Nuestra Señora de Gracia, según explicaron asiduos a las céntricas parroquias alicantinas, ya que cada vez ven a más personas en los bancos durante las misas. En el caso de la iglesia de la Montañeta ayuda la capilla de adoración perpetua, abierta las 24 horas del día, mientras que en parroquias como San Blas también se encuentran con un creciente número de jóvenes en las celebraciones. «Lo notamos sobre todo los fines de semana, viene más juventud y más convencidos», afirmó el sacristán.
Rafael Pacheco es el párroco de las ermitas de Santa Cruz y San Roque, en el Casco Antiguo de Alicante, a las que suelen acudir muchos jóvenes, y de Corazón de María, en La Goteta. Aunque estos pequeños templos siempre han tenido su público, sobre todo vecinos, Pacheco afirma que «está claro que hay una sensación muy grande de que esto ha cambiado y que por primera vez la gente empieza a sentirse identificada con el Papa, porque lo que se decía en la calle es lo que está diciendo Francisco. Despierta muchas simpatías». Este sacerdote contó que antes los fieles o las personas de la calle nunca le habían preguntado su opinión sobre el Papa y que ahora sí lo hacen, «es un salto que hacía falta en la Iglesia porque había muchas cosas atascadas. El Papa ha bajado a la calle, y la gente lo nota», aseguró.
