No hay vuelta atrás. Ni la oposición de muchos vecinos, ni la polémica a través de las redes sociales, ni las más de mil firmas recogidas por internet han impedido que las máquinas comiencen a demoler la pintoresca plaza de Balmis, en el centro tradicional. Aunque los coloridos mosaicos, imitando al estilo Gaudí, no tienen un gran valor histórico -son fruto de la remodelación acometida hace veinte años-, sí forman parte del recuerdo de muchos alicantinos.
Tanto es así que ayer, tras conocer que habían comenzado las obras, algunos se acercaron para tomar fotografías o llevarse algunos azulejos de recuerdo. Otros, ante la incredulidad y la indignación, han decidido convocar esta tarde una concentración de protesta, como confirmó Francisca Carcelén.
El nuevo proyecto tiene un coste de 80.000 euros, que se sufragará a partes iguales entre la Diputación y el Ayuntamiento. En él se prevé sustituir la colorista bancada para crear un espacio diáfano. Según el concejal de Imagen Urbana, Adrián Santos, el objetivo pasa por mejorar la accesibilidad, dar mayor visibilidad a los locales comerciales y fomentar el uso público de esta plaza, que en los últimos años ha sufrido una importante degradación a consecuencia del problema de prostitución.
«Es una actuación que los vecinos y comerciantes de la zona vienen reivindicando desde hace doce años y, cuando hay un problema como el actual, 40.000 euros -la parte que le corresponde al Ayuntamiento- no son tanto si se logra erradicarlo, se genera movimiento y se pone en valor lo importante, que son las edificaciones del entorno», defiende el concejal frente a las numerosas las quejas recibidas.
En estas mismas páginas, los arquitectos que han redactado el nuevo proyecto, esgrimían que la bancada de colores impedía atravesar la plaza y los peatones se veían obligados a rodearla. La intención del nuevo proyecto es sustituir esa bancada por un banco corrido de líneas sencillas en una de las partes de la plaza para favorecer el tránsito por ella y favorecer la actividad comercial.
En el centro de la plaza se instalará la fuente que se retiró de allí con la última remodelación de 1993 y que actualmente se encuentra en la plaza del General Mancha. Fue en esa remodelación de hace casi veinte años cuando la plaza pasó a tener un diseño modernista al estilo de Gaudí.
El proyecto también contempla la plantación de olmos y la instalación de una escultura en la que las parejas puedan enganchar candados y tirar las llaves a un buzón que se instalará al lado. Junto a esta escultura se hará un guiño al mosaico actual, colocando algunos azulejos de colores para dibujar un camino sobre el suelo.