Tener un trabajo, o mantenerlo, es en estos momentos un anhelo del alicantino medio en una provincia en la que el desempleo está por encima de la media estatal, un 27,3% según la última encuesta de población activa. El Obispado de Orihuela-Alicante -conocedor a través de Cáritas de la desesperada situación en la que viven 43.000 personas en la provincia-, se ha decidido a elaborar un documento, «El trabajo, un bien escaso», en el que realiza propuestas sobre cómo llegar al pleno empleo en la provincia de Alicante.

Un nuevo reparto del trabajo es lo que plantea la delegación de Acción Social de la Diócesis Orihuela-Alicante en el documento, en el que se hace una propuesta que recuerda al rey Salomón cuando planteó dividir en dos un niño: que dos personas compartan un mismo puesto de trabajo, repartiéndose a partes iguales el salario y, llegado el caso, el importe del subsidio de desempleo.

Entre las medidas también figura establecer un año sabático cada diez años de trabajo «financiado a través de un salario mínimo incondicional», reducir progresivamente la jornada laboral de las 40 horas actuales «en una transición sosegada ir pasando a 38, 35, 33 ó 30 horas», renunciar a la realización de horas extraordinarias, así como al pluriempleo.

Recuperar el domingo como día de descanso laboral es otra de las iniciativas que se contemplan para lograr un reparto del empleo en la provincia. «Es de fundamental importancia para las relaciones familiares, pero también para la vida social y cultural». Sobre este último aspecto desde el Obispado se muestran convencidos en que el sector del ocio de la provincia debe ser potenciado. «Tradicionalmente, las empresas de ocio o culturales han sido consideradas como hermanas menores de la economía; es el momento de dinamizar estas empresas homologando su funcionamiento laboral y económico al resto de empresas». La agricultura es otro sector que se considera que es generador de más empleo en la provincia.

Democracia y paro

El aumento del paro, con 221.842 desempleados en la provincia, el descenso de cotizantes a la Seguridad Social, la menor cobertura social a los desempleados, la economía sumergida que se mueve entre un 25% y un 40% del producto interior bruto de la provincia y la precarización laboral crean un caldo de cultivo social complicado, según el estudio, en el que se reflexiona que «una cifra tan alta de parados y durante tantos años es la constatación de que nuestra democracia necesita encontrar nuevos caminos que conduzcan a su regeneración moral y política».

El documento aboga por asegurar un salario justo, intensificar la inspección laboral para luchar contra la economía sumergida y el empleo precario son también medidas reflejadas en un documento en el que se resume la conclusión en una cita de Dean Baker: «En vez de pagar a los trabajadores para estar desempleados, podemos pagar a los trabajadores para que permanezcan empleados, pero trabajando menos horas».