El pub Mia, dirigido sobre todo al público femenino y situado en la calle Castaños; Rumore, en la calle San Fernando; y La Beata, también en el centro histórico de Alicante, son los tres locales de ocio para público homosexual que acaban de abrir en apenas una semana en la ciudad, reforzando la oferta actual de bares de ambiente ante la demanda creciente.
Según un informe del portal d7Colores, «mientras en otras ciudades se siguen cerrando comercios debido a la crisis, en Alicante acaban de abrir nuevos establecimientos donde homosexuales, bisexuales y transexuales pueden socializar». «Es una ciudad muy bien surtida en cuanto a locales propiamente gay y de otros que podemos definir como gayfriendly (amistosos con los gays)», dijo Carlos Torío, administrador del portal. Con ello se refiere no solo a los más de diez bares y pubs que suman en la ciudad, también a locales para comer, pensiones para gays, saunas, e incluso bufetes de abogados. «Hay mucha oferta de ocio y la sociedad es muy abierta. No hay problema con los hoteles en pedir cama de matrimonio para una pareja homosexual, están la gastronomía y el clima, y hay bastantes playas nudistas. Es el tercer destino de la península con más interés para el turismo gay pero no sabemos venderlo pese a que nos hemos convertido a lo tonto en una provincia con posibilidades para este sector y con diferencia gracias a los más de cien locales que se ofertan en Alicante, Benidorm, Torrevieja o Alcoy», dijo.
En esta línea, desde el portal d7Colores explicaron que solo Madrid y Barcelona superan actualmente a la provincia en infraestructura para el turismo gay, y que es muy superior a la de Valencia. Sin embargo, echan de menos un mayor apoyo por parte de la administración autonómica en comparación con otras comunidades que sí están volcadas con un turismo que ha crecido este año el triple que el familiar. «Empresas como IBM, American Airlines y la Once suelen colaborar con el estand de turismo gay de Fitur, donde echamos de menos a la Generalitat Valenciana, que tendría que hacer hincapié en un turismo que no molesta sino todo lo contrario, puesto que deja dinero».
Torío cifró en 300 euros de media al día el dinero que gasta el turista gay cuando viaja, y como ejemplo citó un crucero que el pasado verano hizo siete paradas en distintas ciudades españolas. «Contactamos con el Ayuntamiento para que parara en Alicante pero no hubo respuesta». Tampoco han encontrado demasiada acogida en la Costa Blanca para un encuentro de touroperadores gays que se celebrará en 2014 en Madrid, con mil empresarios que después visitarán Cataluña, Andalucía e Ibiza.
Desde la asociación Diversitat se congratularon de la apertura de nuevos locales de ambiente, que suelen colaborar con ellos en campañas y cuotas, pero advirtieron que la imagen del colectivo gay de alto poder adquisitivo no es del todo real, ya que también sufren desempleo y desahucios. Su coordinador, Juan David Santiago, dijo que «ni todos tenemos un patrimonio estupendo ni vivimos en Chueca. Cada día recibimos a personas en situaciones precarias, sobre todo jóvenes» y aseguró que el colectivo transexual sigue siendo muy vapuleado en sus derechos.
ASÍ FUE LA FIESTA DEL ORGULLO GAY EN ALICANTE
