El uso del tren de cercanías en la provincia aumentó un 15% en 2012, superándose de manera amplia los tres millones de viajeros, según datos aportados por Renfe a partir de su Informe de Gestión de ese ejercicio. Las líneas que parten de Alicante, que comunican la capital con Murcia y con San Vicente del Raspeig, sumaron alrededor de 3.355.000 pasajeros, de los que en torno a un 90% se concentraron en los servicios que enlazan la provincia con la comunidad autónoma vecina. Esta línea, que entre otras poblaciones discurre por Elche y Orihuela, es con diferencia la de mayor movimiento del núcleo de cercanías de Alicante y Murcia.

Según el citado Informe de Gestión de 2012, el total de viajeros en las tres líneas del núcleo de cercanías -las dos de Alicante y la que comunica Murcia con Lorca y Águilas- se situó en 4.675.000, un 7,5% más que en 2011. Los datos desglosados que ofrece la compañía señalan que el eje Alicante-Murcia movió 3.056.000 pasajeros, con un incremento del 11,4%, mientras que la corta línea hasta San Vicente alcanzó sólo 299.000, aunque el aumento fue en este caso del 18%. La venta de billetes supuso para Renfe unos ingresos de 7,4 millones de euros, precisamente el mismo porcentaje en que aumentaron en relación a 2011.

El incremento en el uso del tren en la provincia y Murcia es muy significativo, teniendo en cuenta que en casi todas las demás zonas del país en las que existen estos servicios ferroviarios la evolución fue negativa. Aparte de Alicante, sólo los cercanías de Sevilla, Cádiz y Zaragoza aumentaron en viajeros. En los tres, sin embargo, se inauguraron nuevas estaciones a lo largo de 2012 -en Sevilla incluso se abrió una nueva línea-, que generaron una mayor atracción de pasajeros en el entorno. En cambio, en el núcleo de Alicante y Murcia no se produjo nada similar, ni tampoco hubo modificaciones sustanciales en la oferta de trenes. Por ello, la subida en el tráfico de viajeros en los cercanías alicantinos cobra una mayor excepcionalidad aún.

La línea Alicante-Murcia cuenta con 19 trenes por sentido de lunes a viernes, cuya frecuencia es de aproximadamente uno cada 30 minutos en hora punta, y de 60 durante el resto de la jornada. Sin embargo, los fines de semana la oferta se reduce de manera notable, circulando un tren cada dos horas en determinados momentos del día. El trazado es en vía única y está sin electrificar; esto último hace que el servicio se preste con automotores diésel, los cuales datan del año 1982.

Todas estas características pueden parecer a priori poco atractivas, pero las cifras muestran los elevados niveles de utilización de la línea. A esto contribuye, obviamente, la envergadura de las principales poblaciones por las que discurre, comenzando por las ciudades de Alicante, Elche y Murcia. La Universidad Miguel Hernández (UMH) supone también un revulsivo, en tanto que muchos estudiantes se desplazan en tren al campus ilicitano.

Sin prolongación de la C-3

El corto recorrido de la línea C-3, que comunica Alicante con San Vicente del Raspeig, implica una seria limitación a la hora de captar viajeros. La llegada del tren de alta velocidad a Alicante y la consiguiente disminución del tráfico por el trazado convencional debía suponer la prolongación del servicio de cercanías hasta Villena, pero hasta el momento no se ha dado ningún paso al respecto ni parece que se vaya a hacer a corto plazo. La ausencia de partidas específicas en los Presupuestos Generales del Estado de 2014 viene a corroborar estas expectativas.

La oferta es de 14 trenes por sentido de lunes a viernes -algo más que al inaugurarse la línea- y 10 los fines de semana. Los servicios no tienen una frecuencia exacta a lo largo del día, lo que dificulta una memorización de los horarios. Por otro lado, la recién estrenada línea de tranvía a San Vicente es susceptible de restar viajeros al cercanías.