Biólogos, ingenieros, arquitectos, sanitarios, topógrafos... Han acabado la carrera universitaria y logrado trabajar algún tiempo, pero la crisis les ha mandado al paro y la subida de la matrícula universitaria, que en el caso de los másteres ha sido de hasta un 10% de golpe, 2.500 euros, les ha redirigido este curso hacia los ciclos de Formación Profesional. Ya hay aulas de FP de la provincia con un 40% de titulados y una media de 35 años, que no encuentran salida laboral y ven en las prácticas en empresas su oportunidad.

«El trabajo es escaso y desde sus carreras no pueden acceder a puestos que requieren una especificación empresarial, que es lo que se imparte en la FP. Son de todas las ramas del conocimiento», apunta José Luis Pérez Díaz, jefe del departamento de Orientación Laboral del Instituto Canastell de San Vicente del Raspeig.

Es el caso de Javier Campo y Mario Poveda, ingenieros técnicos industriales que ven en el ciclo de Robótica Industrial del Instituto Cavanilles de Alicante su tabla de salvación, porque no disponen de fondos para seguir con la carrera, en el primer caso, u optar a un máster el segundo.

«La opción del ciclo es mucho más económica y tiene relación con la ingeniería, es más, te especializa en Electrónica que se da muy poco en la carrera y es lo que piden las empresas», comenta Javier, que ya ha trabajado en Galicia dos años tras diplomarse en Elche y tira hacia adelante con lo que le queda de paro.

Mario ni siquiera acabó la titulación porque el Plan Bolonia penaliza al que trata de combinar estudios y trabajo. Ha perdido la beca y las segundas matrículas le han puesto por las nubes seguir en la universidad. «Eran 3.000 euros este curso, incluidos los traslados diarios desde Elda. No tengo ahorros para tanto y mis padres no están bien económicamente , se dedican al calzado. Espero con la FP lograr trabajo».

La avalancha de titulados sin un futuro laboral claro ha contribuido a masificar unas aulas que «no dan más de sí. Tenemos todos los primeros cursos a tope, 37 alumnos», se quejan los docentes. Los hay que tienen que dejar armarios en el pasillo para hacer hueco a más sillas.

Pero eso no es todo lo malo, los recortes han dejado estos ciclos en una situación especialmente problemática. «No podemos estar en la vanguardia sin material a la última para las prácticas. Funcionamos con donaciones de empresas», precisa Rafael Herrero. Esto ha provocado la puesta en marcha de una especie de copago por el alumnado a través de «donaciones voluntarias al AMPA del instituto», añade Pérez.

Algunos centros utilizan este método para recabar fondos para las prácticas en talleres y laboratorios. El copago varía entre los 75 y los 30 euros de más por alumno, que son los primeros en sugerirlo para poder estudiar ciclos que distan de sus domicilios más de 30 kilómetros. Se desplazan desde Benissa, Callosa o Dénia hasta San Vicente.

Demanda

Tan demandados como el ciclo de Robótica lo están los de Salud Ambiental del IES Canastell y de Laboratorio de Análisis Químicos y Control de Calidad del IES Virgen del Remedio, plagados de profesionales en paro. Biólogos que han cambiado sus botas de campo por la bata del laboratorio, topógrafos, geólogos como Mario Cañabate, e incluso economistas que ven en la FP la oportunidad laboral que han perdido.

También han vuelto a las aulas como alumnos, profesores en activo que gracias a esta formación añadida conseguirán puntos para el concurso de traslados, como señala Herrero.

Vicente Joaquín Salort, arquitecto desde 2008, se sacó años después el máster de Secundaria para reconducir su vida profesional hacia la enseñanza porque no encontraba salidas por la crisis, «pero con los recortes tampoco necesitan profesores», se lamenta . Está en Electricidad: «No es mi intención acabar de electricista, pero me dará más salidas. La beca para las prácticas en el extranjero es escasa pero con 32 años y en casa de mis padres prefiero pensar que salimos de la crisis, porque si no, estamos apañados».

Fuensanta Cánovas también prefiere ser optimista. Se licenció en Historia el año 87 y tras formar una familia perdió el vínculo con los estudios que quiere recuperar en el ciclo de integración Social del IES Figueras Pacheco «porque lo laboral está muy complicado, me queda algo de paro este curso».