El edificio de la calle Foglietti, en el barrio de Benalúa, tomado por decenas de okupas tiene aprobada una orden de demolición que fue solicitada por el propietario a la Gerencia de Urbanismo, según informaron ayer fuentes municipales. El dueño del inmueble renunció a su rehabilitación y prefirió solicitar el permiso de demolición, que fue concedido con fecha de 15 de octubre. Dado que tiene dos meses para llevarla a cabo, todavía está en plazo.

Según las mismas fuentes, el propietario ya ha puesto en conocimiento del juzgado la presencia de los okupas, que tendrán que ser desalojados para proceder a la demolición. La edil de Conservación de Inmuebles, Oti García-Pertusa, quiso transmitir a los vecinos que el Ayuntamiento «ya lo ha hecho todo en este caso y ahora debe intervenir el juez». Su departamento también elaboró un expediente para la rehabilitación de la fachada y de los interiores del edificio ocupado, que tiene más de 50 años pero no sufre daños estructurales. Aún así el dueño, reiteró, prefiere demolerlo.