Después de dos años y unos 2.000 euros de coste del máster, Susana está a punto de tirar la toalla. Sólo le queda leer el proyecto final, que ya tiene acabado, pero la matrícula roza los 700 euros y eso supone un precio prohibitivo para una parada. Susana ha remitido una queja a la Universidad, para que pongan rostro a los muchos jóvenes que se están viendo forzados a dejar sus estudios por el aumento del precio de la matrícula y el descenso de las becas.

Sólo le falta el proyecto final de máster para terminar.

El pasado curso, cuando ya estaba haciendo los borradores del proyecto final, me surgió un trabajo. Y tuve que parar, porque la situación no está como para rechazar oportunidades laborales.

Lleva ya dos cursos dedicada a su máster...

Me convalidaron la primera parte del máster al haber cursado un posgrado. Y en el segundo año, el curso pasado, llegó el momento de la investigación, que concluye con la presentación del proyecto.

Y ahora, el precio de los créditos le impide matricularse...

Se ha disparado, y además penalizan sobremanera la segunda convocatoria, como es mi caso. Así que el crédito pasó de costar unos 30 euros a más de 60. Simplemente por presentar un trabajo que ya está hecho, nos piden 680 euros.

¿Cuánto lleva invertido en el máster que está cursando?

Es un máster de dos años. El primero costó unos 1.200 euros, aunque tuve beca. La matrícula del segundo rondó los 1.000 euros. Y ahora, de repente, sólo para presentar un trabajo me piden casi 700 euros. El precio de la matrícula me echa de la universidad.

Con estos problemas, ¿se plantea no terminar el máster?

He aprobado 80 de los 90 créditos, tengo el trabajo final casi hecho y puede ser que nunca lo acabe. Como sigan con este aumento desmesurado del precio de los créditos será imposible. No quiero pensarlo, pero a lo mejor en algún momento tengo que empezar a asimilar que tal vez nunca tenga el título. Y a mí me resultaría esencial para en el futuro doctorarme.

Usted es consciente de que no es el único caso con problemas para continuar los estudios...

Y tanto que sí. Conozco varios casos en mi situación. Tengo una amiga que está en el último curso del grado de Turismo y está a la espera, porque es posible que tenga que dejarse la universidad.

Usted ha presentado una queja en la Universidad, ¿verdad?

He presentado una queja a nivel personal ante el rector, la vicerrectora de Alumnos y la decana de la Facultad a la que pertenece mi máster. Sólo he recibido respuesta de la decana, diciendo que lo siente mucho, que se solidariza, pero que no puede hacer nada porque todo depende de la Conselleria.

¿Qué persigue con la queja?

No espero una solución, porque sé que mi caso es uno más de los muchos que se están dando en la universidad. Pero sí quiero que sepan los detalles de al menos uno de esos muchos casos que existen. Dicen que se solidarizan, pero es todo de palabra. Me hace gracia escuchar a los rectores con sus buenas intenciones. En realidad, cuando llegan los problemas, vemos que son simples discursos políticos, vacíos de contenido y significado.

¿Y qué deberían hacer?

La universidad debería humanizarse, empezar por ahí. Cada día se acerca más al concepto de empresa privada, mirando por su supervivencia y no por defender los valores de un centro educativo. Están disfrazando los recortes con la crisis, pero la idea es convertir la universidad en un centro elitista.

¿Qué piensa cuando ciertos políticos cargan contra los estudiantes universitarios?

No todo el mundo es vago, como ellos dicen. Sientes impotencia cuando escuchas esas palabras. En los másteres no somos niños, y si estudiamos es porque nos interesa. No somos el perfil del joven que quieren vender, el que piensa más en el botellón que en otra cosa.