La plaza del 25 de Mayo, a espaldas del Mercado Central, es desde hace dos años el punto de encuentro para cientos de personas que los sábados a mediodía se reúnen para tomar allí unas cañas antes de ir a comer. La moda, bautizada como «tardeo», ha despertado las críticas de los vecinos de la zona, que consideran que lo que comenzó siendo una tranquila costumbre ha degenerado en un enorme botellón. «Según las ordenanzas municipales el consumo de alcohol en espacios públicos está prohibido, por lo que tampoco se debería permitir beber en la plaza del Mercado. Es incoherente que por la noche te pongan multas por beber en la calle y por el día la policía haga caso omiso», explica Pilar Pérez, presidenta de la Asociación de Vecinos Franciscanos Oliveretes.

Pérez asegura que han acudido en multitud de ocasiones al Ayuntamiento y a la Policía «pero nos dicen que no piensan actuar porque no lo consideran un botellón». Los residentes de la zona se quejan del ruido que soportan todos los fines de semana. «De acuerdo que es sólo hasta las cinco de la tarde, pero todos tenemos derecho a estar tranquilos en nuestras casas y no soportando los gritos y voces de cientos de personas». La suciedad también es otro problema. «A media tarde tiene que venir una patrulla a limpiar la zona porque lo dejan todo hecho un asco, con cientos de botellas tiradas por la plaza».

Los comerciantes de la zona también piden un refuerzo de la vigilancia para evitar las molestias que genera la gran concentración de personas y que, a su juicio, son cada vez mayores. «No estamos en contra del "tardeo", pero la situación ha degenerado por parte de gente que orina en la calle, grita e impide que los comercios desarrollen su actividad con normalidad», explica Vicente Armengol, presidente del la asociación de comerciantes Corazón de Alicante. Y es que, según Armengol, «muchos dueños de comercios de la zona han decidido no abrir sus tiendas los sábados por la tarde, porque es imposible trabajar. La gente se pone en la puerta de la tienda, no dejan pasar a los clientes, gritan...».

El representante de los comerciantes echa de menos la situación que se vivía hace tres años, «cuando ocio y comercio convivían con normalidad». Ahora el ocio «lo empaña todo y no nos deja trabajar al resto, con el riesgo de que el centro de la ciudad se convierta en una zona de croqueta, caña y cubata».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Locales de Ocio de Alicante, Lalo Díez, asegura que «hemos solicitado que haya un mayor refuerzo policial en la zona para evitar molestias a los vecinos y comerciantes, aunque el 95% de la gente que se concentra un sábado a mediodía en la plaza del Mercado lo hace pacíficamente». Sin embargo, Díez rechaza categóricamente que al «tardeo» se le considere un botellón. «El perfil de la gente que sale un sábado por la tarde no es el mismo que el de las personas que lo hacen por las noches, cargadas con bolsas del súper llenas de botellas». El «tardeo», añade, «reúne a personas que quieren tomarse una caña con los amigos y después ir a picar algo antes de beber una copa en las terrazas». Además, recuerda, «los primeros perjudicados porque se beba en la calle somos los dueños de bares, pubs o restaurantes, que vivimos de la venta de alcohol».

El presidente de la Asociación de Locales de Ocio de Alicante también defiende la reactivación económica que vive el centro de la ciudad desde hace un par de años. «Hemos conseguido que mucha gente de la provincia vuelva a bajar al centro el sábado y que consuma en bares, restaurantes y tiendas». Díez recuerda que en otras ciudades, como Murcia o Albacete, existe desde hace años la costumbre de salir a mediodía «y no se ha generado tanta polémica como aquí».