La falta de profesionales turísticos que dominen el idioma ruso se ha convertido en los últimos meses en una nueva rémora para la captación de un mercado emergente como Rusia, que tiene en la Costa Blanca un destino preferente en Europa, con previsiones de multiplicarse los dos próximos años, en los que España desbancará a Grecia y Turquía, según revela un informe de Hostertur, la revista de la patronal turística.

Según este estudio, cuatro de cada diez rusos que han visitado este verano la provincia se quejaron de las dificultades que encontraron para comunicarse. Algo que se ha paliado, en parte, por la apertura de negocios de asesoramiento de los propios ciudadanos rusos, que han copado, de momento, este nicho de negocio en Alicante. Los rusos sólo se fían de sus compatriotas y, de esta forma, en la provincia han abierto desde despachos de abogados hasta empresas que se organizan de la limpieza y el mantenimiento de las viviendas que estos turistas de alto poder adquisitivo utilizan como segunda residencia. Pese a que mejorado la situación, las trabas burocráticas a la concesión de los visados siguen lastrando la llegada de visitantes.

El fuerte poder de atracción que tiene la Costa Blanca entre los ciudadanos rusos, tanto turistas como inversores inmobiliarios y futuros residentes, ha hecho que Alicante provincia reciba este año 300.000 visitantes, el doble que en 2012, según los datos que maneja el Patronato Provincial de Turismo y el Consulado General de España en Moscú. Al margen de los rusos que llegan a la provincia por el aeropuerto de El Altet, muchos ciudadanos de la Federación Rusa entran en España por los aeropuertos de El Prat y Barajas, desplazándose después por carretera.

Casi todos los rusos proceden de Moscú y San Petersburgo, pero el Patronato ha detectado la entrada de turistas de Kazán, Krasnosdar, Ekaterinburgo y, entre otras, Rostov, donde el crecimiento de la solicitud de visados ha sido espectacular.