Hoy domingo se cumplen 32 meses desde que el emblemático Sidi San Juan, uno de los pocos hoteles de 5 estrellas de la Costa Blanca, cerrara sus puertas (15 de enero de 2011), acosado por las deudas y dejando en la calle a 90 trabajadores. Casi tres años después, este gigante del turismo se pudre frente al mar, abandonado a su suerte y sin que cuaje ninguna de las ofertas que llegan a los bancos que se quedaron la propiedad.

El jardín se seca y comienza a ser evidente el deterioro de la fachada, a pocos metros de la orilla del mar. Un discreto servicio de seguridad evita que accedan a su interior transeúntes, pero la ruina avanza en un establecimiento que cuando cerró sus puertas estaba completamente operativo.

Unos dieciocho millones de euros. Cifra respetable pero ni mucho menos quimérica, es lo que piden los propietarios del hotel que perteneció a la extinta cadena Sidi a los inversores, en estos momentos sólo rusos, que han mostrado cierto interés por hacerse con el hotel. Casi tres años y medio después, el que fuera uno de los complejos más emblemáticos de la Costa Blanca comienza a deteriorarse en la Playa de San Juan sin que sus propietarios reciban ofertas concretas para su venta, y eso que en el último año el precio se ha rebajado sustancialmente. Ni por esas. Hace ya dos años que la cadena benidormí Servigroup retiró la única oferta en firme y seria que habían recibido los dueños. Las últimas llamadas recibidas prácticamente reclamaban que se les regalara el establecimiento, algo imposible de aceptar por los bancos.

La caída de la ocupación, la ausencia de clientes Iberia y Air Berlin dejaron de alojar a sus pilotos por los ajustes de programación, los retrasos en los pagos de las agencias, y el hecho de que ya no se produzcan en invierno desvíos de turistas desde el casco urbano de Alicante a la playa, por la gran cantidad de plazas que oferta la ciudad, precipitaron el cierre del hotel a mediados de enero de 2011. Clausura que pilló por sorpresa a la plantilla, que se enteró la víspera del día del día Reyes Magos. La empresa planteó en principio una suspensión temporal de empleo, pero la negociación con los trabajadores se rompió cuando el planteamiento pasó a ser de despido definitivo.

Abierto a mediados de los años setenta en la primera línea de la Playa de San Juan, el Sidi fue hasta su cierre uno de los hoteles emblemáticos de la provincia. Su situación, inmejorable, le proporcionaba llenos todos los veranos. Durante el invierno sobrevivía gracias a eventos, que cayeron en picado por la crisis económica. Llegaron las pérdidas en los meses sin ocupación y la empresa optó por convertirlo en un establecimiento de temporada, acosada también por las deudas acumuladas en el Sidi Saler de Valencia.