El Ayuntamiento de Alicante traspasará a Suma, el organismo tributario de la Diputación, la gestión de sus impuestos locales para, de esa manera, disponer de un importante volumen de liquidez que ahora no tiene y que le facilite afrontar los pagos del «día a día» sin retrasos. El acuerdo, pendiente únicamente de la negociación de los últimos flecos y de la firma definitiva para que se empiece a aplicar a partir de 2014, permitirá al consistorio entrar en el sistema de anticipos de Suma e ingresar todos los meses, aunque los datos son aún estimativos, en el entorno de cinco millones, una cantidad que garantiza el abono del gasto corriente y de las nóminas con normalidad. El pacto alivia la situación financiera municipal. Cierto. Pero, sin embargo, no le alejaría de del debate sobre la petición de un «rescate» al Gobierno. Alicante arrastra facturas por 25 millones y deberá seguir buscando fórmulas alternativas para poder afrontarlas.

Hasta ahora, el consistorio de la capital únicamente tenía cedido al organismo tributario de la Diputación la gestión de los impagos. Es decir, Suma ejercía las funciones de «poli malo» para reclamar a los contribuyentes morosos. Pero eso no le facilitaba al Ayuntamiento de Alicante participar del ventajoso sistema de anticipos del organismo. Anualmente, el ente público concierta un préstamo con entidades bancarias y, de esa manera, adelanta a los municipios el dinero que les corresponde en función del volumen de sus impuestos. Eso permite a las arcas locales registrar mensualmente las cantidades que les corresponden -en realidad, un préstamo pero de un organismo público que aplica un coste más bajo- y disponer de liquidez al margen del ritmo que lleve la recaudación, cedida a Suma. A final de año, el organismo y cada localidad hacen cuentas y liquidan. A través de ese modelo de financiación local, Alicante ingresaría mensualmente alrededor de cinco millones. Esas son las primeras cuentas. Los contactos deberían cristalizar en un plazo breve en tanto que, a día de hoy, Suma está preparando las campañas de cobro de cara a 2014, en las que ya se debería integrar por completo el consistorio alicantino.

Este sistema, en estos momentos y dada su delicada situación financiera, es una bendición para los balances del Ayuntamiento de Alicante, acuciado por el retraso en los pagos y por los problemas de liquidez. Garantiza gestionar el «día a día» sin complicaciones. Eso sí, el pacto, que lleva madurándose de forma discreta desde hace algo más de dos meses, no servirá para acabar con el debate interno en el PP sobre la petición de un rescate al Gobierno a cambio de unas condiciones muy duras. Una parte de los ediles populares, con el concejal de Hacienda Juan Seva a la cabeza, son partidarios de solicitar esa ayuda, un plan de pago que permitiría al consistorio alicantino saldar unos 25 millones pero a un coste muy alto: entregar el control de los balances a Cristóbal Montoro. La alcaldesa, por contra, se muestra muy reacia. Sea como fuere, acogiéndose a las ventajas de Suma, el consistorio tendrá liquidez y podrá capear el temporal a la espera de una mejoría económica que conlleve aumentar los ingresos ordinarios.

Dos cuestiones espinosas deben despejarse, sin embargo, a lo largo de las próximas semanas. La primera tiene que ver con el destino de los funcionarios de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante. Todo indica que se les permitirá, libremente, optar entre continuar en el consistorio o dar el salto a la Diputación. Y una segunda con efecto directo sobre los ciudadanos: la llegada de las competencias de cobro a Suma modificaría los calendarios de pago de impuestos aplicados en Alicante. Hasta ahora, por ejemplo, el IBI en la capital se cobraba en mayo mientras que en los pueblos con delegación a Suma se gestiona, por contra, durante la segunda mitad del año.

Un volumen de negocio que podría crecer hasta en un 20%

El acuerdo con el Ayuntamiento de Alicante le facilitaría a Suma no sólo tomar el mando de la recaudación ejecutiva del último gran municipio en el que le faltaba entrar después de que hace unos años Elche se decidiera también a dar ese paso. Sino que además, generará en sus balances un notable crecimiento de su volumen de negocio que, de esta manera, se podría incrementar hasta en un 20%, aunque los datos por ahora son tan sólo de carácter estimativo. P. r. f.