El botellón que todos los fines de semana estivales se ceba en el entorno de las urbanizaciones del campo de golf próximas a la Playa de San Juan genera hasta tonelada y media de basura cada día de celebración. Para su limpieza se requiere la utilización de hasta nueve vehículos y maquinaria especializada y el trabajo de 14 operarios durante más de tres horas.

Mismamente el escenario tras una batalla campal. Este es el aspecto que presenta cada madrugada de los fines de semana las calles y espacios situados en los aledaños del campo de Golf, como puede apreciarse en las imágenes. Bolsas de tiendas y supermercados, envases retorcidos, vasos de plástico, botellas y cristales rotos, y papeles se amontonan por doquier deparando una imagen dantesca que obliga a un gran despliegue de medios y personal para sanear la zona.

La operación limpieza arranca cuando aparecen las primeras luces del día. A partir de ese momento, según informa Inusa, la empresa que se ocupa de la limpieza de la ciudad, un amplio equipo de hombres y máquinas se pone en marcha para llevar a cabo las distintas funciones a llevar a cabo. Así, un camión cuba con dos operarios se ocupa de baldear la avenida del Locutor Vicente Hipólito y la prolongación de la avenida de las Naciones. Para la limpieza de aceras y de calzadas se emplean dos barredoras especializadas con un operario cada una. La eliminación de los vómitos y orines obliga al empleo de un hidrolimpiador a presión, que se ocupa de repasar el mobiliario urbano y los espacios ocupados por los contenedores, que son los que más acumulan este tipo de suciedad.

La recogida de los residuos, esparcidos por doquier, se lleva a cabo por siete operarios motorizados con 4 scooters piaggio, así como por otro operario con un camión prensa. Finalmente, otro operario a jornada completa (seis horas) se ocupa de recoger toda la suciedad y cristales del parque Mediterráneo.

Toda esta operación se repite cada madrugada de viernes, sábado y domingo a lo largo del verano, aunque Inusa indica que el día de mayor trabajo es la madrugada del viernes, cuando se llegan a recoger hasta 1.500 kilos de desperdicios, frente a 1.200 kilos, aproximadamente, del resto de los días. El trabajo empieza sobre las 6 de la mañana y se completa entre las 9 y las 9,30 horas.

Se trata sin duda de un gran despliegue de medios programado para una actividad «normal», pese a que el Ayuntamiento insiste en que el botellón es una práctica ilegal, puesto que «está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública».