La decisión de la Conselleria de Sanidad de cerrar la mayoría de los centros de salud de la ciudad por las tardes durante los meses de verano provoca grandes esperas que, en algunos casos, alcanzan la hora y media para pedir cita, recoger recetas o entrar a la consulta del médico. La situación de caos es extrema los lunes, dado que durante el fin de semana los centros de salud están cerrados. Así, durante la mañana de ayer algunos de ellos se vieron desbordados de pacientes. Es el caso, por ejemplo, de los del Pla, San Blas o Babel, tal y como denunciaron los propios pacientes y pudo constatar este diario.

Casi ochenta números por delante tenían ayer los pacientes que acudían al centro de salud del Pla para ser atendidos en las ventanillas en las que se dispensan las citas médicas. Así, mientras la máquina expedía el número 11, el luminoso que marcaba el turno iba por el 35, lo que suponía tener que esperar a que pasaran por delante 76 personas. Algunos, desesperados, se marchaban al ver la espera que les quedaba por delante o decidían realizar alguna gestión para volver más tarde. «Llevo más de media hora esperando y todavía me queda», se lamentaba Juan Carlos Piqueras, quien aguardaba en el exterior del centro de salud junto a otros pacientes a que le tocara el turno. «Otras veces no ha habido tanta cola, pero ahora, como el centro cierra por la tarde, la gente se concentra por la mañana», señala este paciente, quien indica que «el teléfono no lo suelen coger y mucha gente viene para poder coger cita». Otro usuario, Dámaso Aguilar, se mostró indignado: «En verano, la gente también se pone enferma y en una ciudad como Alicante, en la que en verano hay más gente, el servicio debería reforzarse y no reducirse».

«He llegado sobre las 10.30 horas y llevo una hora esperando mi turno», aseguró Asunción Ros, quien calificó la situación de «barbaridad». Una hora llevaba de espera para entrar a la consulta del médico Alicia F.G., quien apuntó que «se nota que no abren por las tardes». «Si abrieran por la tarde, se desahogaría un poco», añadió otra paciente, Margarita Maciá.

En el centro de salud de Babel, la situación también era de colapso. A las doce de la mañana, si bien el luminoso de los turnos marcaba el 359, la máquina que expende los número ofrecía el 459, lo que significaba tener que esperar a que el marcador dejara pasar cien números más para poder acceder al mostrador de admisión y coger cita. «Aquí tengo para una hora», comentaba Lina Cola con otra paciente al comprobar el retraso que había. «Es una vergüenza», añadió esta mujer, quien aseguró que «no he visto tanta gente ni en invierno». «Llevo casi media hora y todavía me quedan 55 números por delante», aseguró Alicia Grande, quien indicó que a la hora de coger cita «internet no siempre funciona y el teléfono no lo cogen».

Sustituciones de personal

Para esta última, la situación de los centros de salud durante el verano está claramente relacionada con el hecho de que no abran por las tardes. «Esta claro que lo hacen por ahorrar en personal», sostiene esta usuaria, coincidiendo con las críticas que vienen realizando diferentes sindicatos a la polémica decisión de cerrar los centros de salud por la tarde.

En la sala de espera de las consultas médicas de este centro, Margarita Lozano esperaba a ser atendida mientras comprobaba con asombro como en la lista de pacientes de su doctor había «34 pacientes, dos o tres por cada 15 minutos, y eso sin contar con los que puedan llegar de urgencia». Al respecto, considera que «para un médico atender a tanta gente en una mañana es una barbaridad». Esta paciente se muestra indignada al asegurar que «somos personas y es indecente que cierren los centros de salud por las tardes para no contratar a más médicos durante el verano».

En el centro de salud contiguo de La Florida, las ventanillas de admisión estaban bastante más desahogadas, pero no así las de dispensación de recetas. «He llegado sobre las diez y media y son ya casi las doce. Tenía casi 60 números por delante», se quejaba Ángel Gallego, quien también aludió a que «en invierno se puede venir por la tarde a recogerlas, pero ahora solo por la mañana». «Hay gente que lleva una hora esperando para las recetas», coincidió Lidia Romero.

En el caso del centro de salud de San Blas, la cola para ser atendidos en el mostrador superaba, en algunos casos, la hora. A las doce y media de la mañana, el marcador mostraba el número 712 mientras el expendedor daba el 819, más de cien números por delante. La aglomeración era tal que el vigilante de seguridad tuvo que dar un grito para pedir silencio y apercibir a los pacientes: «Bajen la voz. No están en el parque», les espetó. Una paciente, Mariló Martínez, acababa de recoger unas recetas y aseguró que había esperado «durante hora y media para ser atendida». «Hay tanta gente porque cierran por las tardes», añadió. En el caso de Isabel Anaya llevaban «una hora y diez minutos esperando para el médico».

Por su parte, desde la Conselleria de Sanidad justifican su decisión de cerrar por la tarde algunos centros de salud durante el verano en que «la demanda de cita programa de atención primaria disminuye en verano porque muchos de los pacientes están de vacaciones fuera de su domicilio» y recuerdan que la asistencia se presta entre las 8 y las 15 horas. Fuera de ese horario, las urgencias se atienden en los puntos de atención continuada, como el de la calle Aaiún y los casos graves en las urgencias de los hospitales. Según Sanidad, «no se ha detectado un aumento de la demanda que justifique un cambio del horario de verano».