Varios países han dado la voz de alarma por la paulatina reducción en la población de abejas. ¿Qué causas están detrás de esta disminución?

Es un problema multifactorial. Una de las causas del problema es la última generación de insecticidas neonicotinoides. De hecho, la Unión Europea ha prohibido los tres insecticidas más utilizados para el tratamiento de semillas porque distintos estudios han concluido que no son seguros para las abejas, que las matan. Otra de las causas de la reducción de las poblaciones son las enfermedades propias de estos animales.

Se habla también de especies invasoras.

Sí. Hay una especie de avispa asiática que devora a las abejas. El problema más grave se está dando en Francia, aunque se está extendiendo al norte de España y creando mucho miedo entre los apicultores.

¿Ha habido en España una reducción drástica de colmenas?

Por fortuna no. Se mueren más rápido, pero enseguida se multiplican, también porque hay más gente que se dedica a la apicultura con la crisis. El problema está en la lucha sin cuartel que tienen que emprender los apicultores para poder tener las colmenas a salvo.

¿Por qué es importante que no se pierdan las abejas?

Primero porque generan un producto único de gran valor gastronómico y cultural. Pero lo más importante es su acción polinizadora. El 80% de la polinización las hacen las abejas. Por lo tanto, si estas desaparecieran, las plantas no podrían reproducirse, no tendríamos la naturaleza como la conocemos ahora. Los frutales necesitan de polinización porque si no el fruto no es adecuado. Las abejas tienen una función que muchas veces no es entendida socialmente.

¿Cuáles son las causas de este desconocimiento?

Cuando explicas el valor de las abejas, la gente lo entiende, pero al principio no lo aprecian, quizás porque es algo «gratis», que siempre ha estado ahí y no se valora lo suficiente. En otros países se han dado cuenta de su valor tras perder cosechas enteras por falta de abejas. Es el caso de EE UU o Israel donde se han perdido cultivos de almendras o aguacates. Es necesario reconocer más la labor de la apicultura.

¿Qué importancia tiene el sector en España?

España es el principal productor de miel y el que más colmenas tiene, con 2,5 millones. Entre Andalucía, Extremadura, Castilla León y la Comunidad Valenciana se producen 35.000 toneladas de miel al año. De esa cantidad, la mitad se exporta a Alemania y Francia. Se trata de una miel de alta calidad. En contraposición, importamos 15.000 toneladas de miel procedente de China muy barata que hunde el precio del mercado. Hay empresas que comercializan miel española mezclada con la de China para no declararlo. Los consumidores deben saberlo, porque la miel de China muchas veces lleva antibióticos.